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Un paseo por el 'skyline' de Nueva York

Del art déco del edificio Chrysler a las líneas puras del Empire State, los once rascacielos más bonitos de Manhattan

Igual que el Martini, un buen filete y el jazz, este rascacielos de la época de la Gran Depresión nunca envejece. Quizá el edificio Chrysler sea más bonito y el One World Trade Center y el 432 Park Avenue sean más altos, pero el que domina el perfil de Nueva York sigue siendo el Empire State, obra del estudio Shreve, Lamb and Harmon. El Empire tiene dos miradores, el de la planta 86, al aire libre, con telescopios que funcionan con monedas, y el acristalado del piso 102 que permite contemplar los cinco distritos de Nueva York (si el tiempo lo permite).Neleman Initiative (getty)
Considerado el primer rascacielos de Nueva York, el Flatiron –20 pisos y planta triangular– fue el edificio más alto del mundo hasta 1909. Lo diseñó Daniel Burnham en 1902, con la forma de proa de un gran barco. El mejor lugar para escudriñar su ornamentada fachada 'beaux arts' de piedra caliza y terracota, construida sobre una estructura de acero, es la isleta peatonal al norte de la calle 23rd St, entre Broadway y la Quinta Avenida. Cuando fue levantado, dominaba toda esta plaza.Marco Rubino (getty)
Esta maravilla neogótica de 60 pisos diseñada por Cass Gilbert y revestida de mampostería y terracota fue fue el edificio más alto del mundo cuando se terminó de construir en 1913. Superado en 1930 por el Chrysler, su vestíbulo aún es un espectáculo de brillantes mosaicos de estilo bizantino. Solo puede verse en visitas guiadas previamente concertadas, que también permiten descubrir algunas de sus curiosidades, como la entrada de metro privada o la piscina secreta.Ryan D. Budhu (getty)
El rascacielos más elegante de Manhattan, diseñado por William Van Alen en 1930, se inspira en los automóviles de su época, con una decoración de acero que incluye gárgolas que se inspiran en los adornos habituales en los capós de los coches antiguos. Con sus 77 pisos, es una obra maestra arquitectónica que fusiona 'art déco' y estética gótica, adornado con águilas de hierro y una aguja que recuerda al peinado de Elsa Lanchester en 'La Novia de Frankestein'. Su interior acoge uno de los vestíbulos más bonitos de Gotham City –'alter ego' de Nueva York en cómics y películas–, que se puede contemplar en Lexington Avenue con la calle 42, en el Midtown East.Alan Copson (getty)
El perfil de Midtown cuenta con otras maravillas como la Lever House, proyectado por el estudio Skidmore, Owings and Merrill. Cuando se inauguró, en 1952, con sus 21 plantas, era de lo más moderno. Entonces, solo el rascacielos de la Secretaría de la ONU lucía piel de cristal, una innovación que redefiniría la arquitectura urbana. La forma del edificio era igualmente audaz: dos estructuras rectangulares contrapuestas, formadas por una torre esbelta sobre una base de poca altura.Mark Fiennes (getty)
Un habitual de los libros de texto, el edificio Seagram, de 38 plantas, es uno de los mejores ejemplos mundiales del estilo internacional. Su autor principal, Ludwig Mies van der Rohe, fue recomendado para el proyecto por Arthur Drexler, entonces conservador de arquitectura del MoMA, y diseñó un edificio de inspiración clásica griega, con un podio bajo, pilares tipo columnata y revestimiento de bronce. Es la sede central de la empresa Seagram, fundada por un contrabandista que se hizo rico con la venta ilegal de alcohol durante la Ley Seca.Alan Schein (getty)
Con su sorprendente tejado triangular y una fachada que recuerda a un bastón de caramelo, el Citigroup Center (139 53rd St en Lexington Ave, Midtown East), obra de Hugh Stubbins con 59 plantas, marcó la transición desde la sobriedad de los tejados llanos al estilo internacional. Aún más innovadora es la base, cortada en las cuatro esquinas para dejar el edificio suspendido sobre unos cimientos en forma de cruz.GETTY
La torre Hearst, de Norman Foster, es una de las obras más ingeniosas de la arquitectura contemporánea. Su diseño de paneles diagonales recuerda a un irregular panal de vidrio y acero, algo que se aprecia mejor de cerca y desde un ángulo determinado. La torre se alza en el hueco interior del edificio Hearst Magazine, de piedra artificial, proyectado originalmente por John Urban en 1928, quien lo concibió como un rascacielos.getty
Esta torre con forma de cristal, diseñada por Cook & Fox Architects, es famosa por sus credenciales ecológicas; una planta de combustión limpia que satisface en torno al 65% de las necesidades eléctricas anuales del rascacielos; filtros de aire con detectores de dióxido de carbono que incrementan la ventilación y mantienen el aire lo más limpio posible, y hasta ascensores programados para evitar viajes vacíos.Andrew Lichtenstein (getty)
La estilizada torre residencial del 432 Park Avenue, el segundo edificio más alto de la ciudad, costó 1.300 millones de dólares. Es obra del arquitectura uruguayo Rafal Viñoly, que apostó por una fachada cúbica blanca y nítida, inspirada en la papelera que el diseñador austriaco Josef Hoffman ideó en 1905. El bloque se perfila contra el cielo de Midtown como un fino prisma cuadrangular.Alex Trautwig
El rascacielos más alto de Nueva York (y de América) se ha convertido en pocos años en uno de los iconos de la ciudad, con sus 104 plantas. En lo que era un doloroso vacío en la silueta del Lower Manhattan, el One World Trade Center, de los arquitectos David Childs y Daniel Libeskind, simboliza el renacimiento, la determinación y resistencia de una ciudad. No es otro rascacielos más, sino un gigante cargado de simbolismo, muy consciente del pasado, pero que también mira al futuro. Se puede subir a toda velocidad en un ascensor de cristal y disfrutar de las vistas de la ciudad a más de 100 pisos del suelo.GETTY