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Turistas al encuentro del oso en Asturias

El aumento de la población de oso pardo en la cordillera Cantábrica impulsa el turismo de naturaleza, que se ha convertido en motor económico de la zona. Cada vez son más los aficionados que se acercan a lugares como el Parque Natural de Somiedo para poder contemplarlos en su entorno natural. La especial orografía de esta zona permite observarlos sin molestar a los ejemplares desde miradores adaptados para ello. Es necesario armarse de prismáticos o trípodes y armarse de paciencia.

Aficionados a la observación de la naturaleza contemplan osos pardos en libertad en el Parque Natural de Somiedo. El aumento de la población de la especie, que sigue en peligro de extinción, facilita los avistamientos de ejemplares en su medio natural.Víctor Sainz
Una de las osas con dos crías que se alimentaba la semana pasada en las laderas del monte situado frente al observatorio de Gúa, uno de los miradores habilitados para la observación de la fauna en la zona. En esta época se preparan para pasar el invierno y buscan sobre todo avellanas, bellotas, hayucos y castañas.Víctor Sainz
La especie, todavía en peligro de extinción, se ha convertido en la estrella de Pola de Somiedo y ha colonizado también los estantes de la tienda de recuerdos y artículos de artesanía Casa Seni, abierta desde los años ochenta. Su dueña, Azucena Álvarez, muestra una camiseta con la imagen del plantígrado.Víctor Sainz
La presencia del espectacular mamífero se nota también en los carteles de advertencia para los vehículos instalados en las carreteras del Parque Natural de Somiedo. Se calcula que en esta zona viven un tercio de los 324 ejemplares que se estima que pueblan la cordillera Cantábrica.Víctor Sainz
Interior del bar El Meirel, en Pola de Somiedo (Asturias), adornado con motivos de caza del oso y otras especies de la zona.Víctor Sainz
Turistas descansan en la terraza de un bar en Pola de Somiedo delante de un mural en el que se representa al oso. En 2020 pasaron 40.000 personas por el centro de visitantes del parque natural.Víctor Sainz
Aficionados a la naturaleza observan con prismáticos y telescopios a los osos. Ese día se pudo contemplar a una osa con sus oseznos, a un oso solitario y a dos lobos que irrumpieron en la escena, algo completamente inusual. La primavera y esta época son las mejores para los avistamientos, porque los plantígrados se mueven mucho en busca de alimento.Víctor Sainz
José Manuel Barbosa un vigués que tiene casa en el pueblo de Las Viñas, muestra las ramas que rompió el oso de una higuera para comer el fruto. Algunos ejemplares se internan en los pueblos a la búsqueda de colmenas y árboles frutales.Víctor Sainz
Herminio Cano, dueño del restaurante Miño en Pola de Somiedo, ha vivido el bum turístico que ha acompañado a la recuperación del oso y que se ha convertido en un factor económico clave para la zona.Víctor Sainz
Argimiro Fernández se asoma a la ventana de su casa en Pineda para contar cómo el oso se comió varias de sus colmenas hace un par de semanas. Los escasos vecinos de este bello y recóndito pueblo se quejan de los daños que les provocan las incursiones del oso y preferirían que se quedara en el monte.Víctor Sainz
La imagen del oso se ha convertido en el mejor reclamo turístico y acompaña cada paso en Pola de Somiedo. En la imagen, una escultura del animal adorna la entrada a uno de los establecimientos hosteleros del pueblo.Víctor Sainz