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La vida de un adulto siendo solo un niño

La mitad de los 160 millones de menores que trabajan aguantan sobrecarga de peso, están expuestos a químicos o sustancias cancerígenas y sufrirán daños músculo-esqueléticos. Y la cifra de empleo infantil aumentará a causa de la covid-19

Ahora mismo en el mundo hay 160 millones de niños y niñas trabajando. Uno de cada diez pequeños no tiene más remedio, según el último informe publicado este jueves por Unicef y OIT. En la imagen, Ibrahim, de 13 años, un refugiado de la República Árabe Siria, lleva una bolsa de pimientos que cosechó durante su trabajo como jornalero agrícola. "Si no tuviera que trabajar aquí, pasaría más tiempo en la escuela. Estudiaría más y me convertiría en profesor de mayor", cuenta a Unicef.Feyizoglu (UNICEF)
Un niño desplazado lleva fardos de palos por la carretera entre Kitchanga y Mweso en la provincia de Kivu del Norte, en la República democrática del Congo. La sobrecarga de peso, la exposición a químicos o sustancias cancerígenas y los daños músculo-esqueléticos afectan a 79 de los 160 millones niños trabajadores. Los trabajos peligrosos aumentaron también en más de 6,5 millones. “Los niños no son adultos en miniatura. Son niños. Y los daños a la salud en esta edad son especialmente graves porque van a comprometer el desarrollo de esta generación”, critica Joaquín Nieto, director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo en España.LeMoyne (UNICEF)
Dalpesh Devada emigró del distrito de Banswara en Rajasthan con su padre y su madre para trabajar en el horno de ladrillos. En India, la ley sobre trabajo infantil incluye castigos si se emplea a niños menores de edad, sin embargo, no desautoriza por completo su empleo. Los datos de un censo de 2011 muestran que la población infantil total en la India en el grupo de edad de cinco a 14 años es de 259,6 millones, y que están trabajando 10,1 millones o el 3,9% de la población infantil total.Kolari (UNICEF)
Esta base de datos de trabajo infantil, que se publica cada cuatro años, revela el primer revés en la tendencia descendente de los últimos 20 años. Desde 2016, se han sumado cerca de 8,4 millones de niños a la estadística. “Que haya 160 millones de niños y niñas atrapados en esto, en pleno siglo XXI, cuando más riqueza se crea en el mundo, es inaceptable y un fracaso colectivo”, critica Nieto.Dejongh (UNICEF)
En la República Democrática del Congo (RDC), niños mineros trabajan en la aldea de Luhihi, provincia de Kivu del Sur. El rostro del menor explotado es varón –97 millones de niños frente a 63 millones de niñas–; africano, este es el continente que aglutina el mayor número de casos y donde más ha crecido la tasa desde 2012; y se dedica a la agricultura, pues este sector absorbe al 70% de estos menores, seguido del área de servicios, con el 20% (31,4 millones), y la industria, con el 10% (16,5 millones).Brown (UNICEF)
“Son unas cifras muy negativas en un año como este”, añade Nieto (de la OIT) en alusión al 2021, declarado como el año internacional para la eliminación de esta violación sistemática a los derechos del menor por Naciones Unidas. En la foto, dos niños en Cobán, Guatemala, vuelven a casa tras un día de trabajo.Jaime Villanueva
El común denominador es la desigualdad. Así lo considera Antonio Josué Díaz Rodríguez, técnico de impacto de Ayuda en Acción: “Cuanto mayor es la situación de exclusión social y pobreza de la familia y cuanto menor presencia del Estado y más débiles son las políticas públicas educativas y de protección social, mayor riesgo hay de trabajo infantil y de que este sea más dañino y nocivo para la salud, desarrollo y bienestar del niño y niña”. En la imagen, Tarek, de 10 años, trabaja en una fábrica de aluminio en Kamrangirchar, Dacca.Lister (UNICEF)
Aunque el estudio de Unicef y OIT manejan cifras anteriores a la covid-19, los expertos alertan de que las consecuencias de la pandemia “serán muy graves”. Save the Children calcula que unos 9,7 millones de niños y niñas están en riesgo de no regresar nunca a las aulas. Michela Ranieri, experta en política exterior y acción humanitaria de esta ONG evidencia que esta situación no es nueva: “Durante el brote de ébola en Sierra Leona, los chicos fueron empleados en la minería y el comercio minorista, mientras que las niñas fueron empleadas recolectando leña para su venta. Cuando las escuelas reabrieron, rara vez fueron animados por sus familias para que volvieran a las aulas”.Romenzi (UNICEF)
Para Carmen Molina, directora de sensibilización y políticas de infancia de Unicef España, la clave está en una batería de respuestas complementarias. Por una parte, impulsar medidas económicas para que las familias no tengan necesidad de “tirar de sus hijos”. Y, por otra parte, incentivar las prestaciones por hijo escolarizado para que las matriculaciones no caigan. Y es que, según el estudio, el 80% de los niños que trabajan actualmente, no van a la escuela. En la imagen, unos hermanos guatemaltecos se esconden detrás de la leña que recogieron en el día.Jaime Villanueva
Erradicar esta “otra pandemia” está en manos también del consumidor. “Que en Europa no exista el concepto de trabajo infantil como tal, no significa que no contribuyamos”, explica Nieto. “Las flores que regalamos, la ropa con la que vestimos, los juguetes que compramos y las joyas que llevamos. Es muy probable que, si tiras de la cadena de producción, haya manos de niños involucradas”.Mukwazhi (UNICEF)