Los niños que cantaron la Lotería de Navidad hace años

Exalumnos del Colegio de San Ildefonso se reúnen en una asociación con 100 años de historia

De izquierda a derecha, Iván Rodríguez; el presidente de la Asociación de Exalumnos del San Ildefonso, Óscar Vega; y Wendy González.ÁLVARO GARCÍA

Wendy González vendía este jueves participaciones y décimos de la Asociación de Exalumnos del Colegio San Ildefonso, el centro educativo e internado donde estudian los niños que cantan la Lotería de Navidad. Cuando era pequeña, ella misma cantó durante el tiempo que fue interna del colegio, entre 2001 y 2004. González, que ahora tiene 29 años, llegó a España desde Colombia junto a su hermano pequeño y su madre, que trabajaba como empleada doméstica en una casa en la que su jefe no admitía niños y se vio obligada a dejar a sus hijos en el San ...

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Wendy González vendía este jueves participaciones y décimos de la Asociación de Exalumnos del Colegio San Ildefonso, el centro educativo e internado donde estudian los niños que cantan la Lotería de Navidad. Cuando era pequeña, ella misma cantó durante el tiempo que fue interna del colegio, entre 2001 y 2004. González, que ahora tiene 29 años, llegó a España desde Colombia junto a su hermano pequeño y su madre, que trabajaba como empleada doméstica en una casa en la que su jefe no admitía niños y se vio obligada a dejar a sus hijos en el San Ildefonso. Salió del internado con 14 años, pero se quedó ligada a la asociación de exalumnos.

Como todos los jueves por la tarde, González coincide con varios antiguos alumnos en la asociación. Su sede está a escasos cien metros del colegio que un día fue su casa, y que se ubica en el número 1 de la calle Alfonso VI de Madrid, cerca de la plaza de Oriente. Han fijado este día de la semana como el momento en el que se reúnen varias generaciones de quienes fueron niños del San Ildefonso. Los mayores pasan de los 80 años, juegan al dominó en una sala del fondo y se resisten a contar sus vivencias con la lotería porque aseguran que están cansados de hacerlo siempre por estas fechas. A los restantes no les cuesta nada rememorar en voz alta sus anécdotas.

José Manuel Jiménez recuerda con especial cariño una de las noches anteriores al sorteo de Navidad. “Era el 21 de diciembre de 1983 y España ganó 12-1 a Malta. Nos acostamos más tarde que nunca aunque al día siguiente teníamos que levantarnos a las seis y media. Nos fuimos a la cama con la garganta muy debilitada, pero por suerte no hubo ningún percance en el sorteo”, explica sonriente. Jiménez tiene 48 años y pasó desde los siete a los 14 en el internado. Entró en 1977 cuando todavía era un lugar reservado a los huérfanos y las 100 plazas estaban completas. Desde los diez años cantaba en los sorteos de la Lotería Nacional de los sábados, y aunque no llegó a hacerlo en el de Navidad, participó “entre bastidores”, sacando las bolas del bombo. Cuenta orgulloso que en dos ocasiones sacó el número al que tocó el gordo. “La última vez fue en 1984. El 50.076. Que se había vendido en la Caja Rural de Valladolid”, rememora sin esfuerzo.

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En los últimos años en los que estuvo internado Jiménez comenzaron a aceptar que cantasen la lotería también los “externos”, niños que estudiaban en el colegio San Ildefonso pero que no se quedaban a dormir, algo que reconoce que “no sentó nada bien en un principio a los internos”. Pero gracias a ello pudo participar, Iván Rodríguez, 30 años más joven que Jiménez. Tiene 18 años, cantó tres veces la Lotería de Navidad y reconoce que el primer año estaba tan nervioso que se equivocó al cantar varios números. “A otros se les caían las bolas o se quedaban sin voz, yo era más de decir mal el número y seguir para adelante. Espero que no se llevase nadie una desilusión si me oyó”, bromea.

Otro niño “externo” que cantó la lotería, aunque nunca la de Navidad, fue Óscar Vega, presidente de la Asociación de exalumnos del Colegio de San Ildefonso desde 2015. Explica que la entidad nació en 1922 para dar apoyo a los alumnos con pocos recursos que salían del centro. “Para, aparte de reunirse y no perder el contacto, ayudarse los unos a los otros. Antes se pagaba una cuota más alta y parte del dinero se destinaba a becas para los exalumnos”. Parte de ese propósito de ayudarse entre exalumnos ha llegado hasta estos días, aunque ahora se financian casi exclusivamente con la lotería de Navidad que venden.

Cuando Wendy González cumplió 18 años le dieron una beca que le permitió seguir estudiando. Ahora es ella la que colabora, desde hace un tiempo es parte de su junta directiva, y vende boletos para mantener la asociación en la que dentro de unos años puede que estén los niños de San Ildefonso que el próximo domingo 22 cantarán la Lotería de Navidad

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