El objetivo de esta Navidad: que ninguna persona mayor la pase en soledad

La ONG Grandes Amigos se une con su campaña "Familias hinchables" a otras iniciativas para que la vejez no sea sinónimo de aislamiento en estas fiestas

Fiesta de Navidad de la Asociación Grandes Amigos.

Paquita es una de las más de dos millones de personas mayores de 65 años que viven solas en España (datos de la Encuesta continua de hogares del INE de 2018). También es la protagonista de la campaña "Familias hinchables", que la ONG Grandes amigos ha diseñado para concienciar a la sociedad del problema de la soledad en las personas mayores. El objetivo de la misma es evitar que mujeres y hombres de la tercera edad estén solos durante esta Navidad....

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Paquita es una de las más de dos millones de personas mayores de 65 años que viven solas en España (datos de la Encuesta continua de hogares del INE de 2018). También es la protagonista de la campaña "Familias hinchables", que la ONG Grandes amigos ha diseñado para concienciar a la sociedad del problema de la soledad en las personas mayores. El objetivo de la misma es evitar que mujeres y hombres de la tercera edad estén solos durante esta Navidad.

Esta iniciativa viene a sumarse a otras muchas impulsadas por administraciones autonómicas y locales, asociaciones, ONG, y otras entidades que buscan paliar el problema de la soledad que afecta a estas personas a lo largo de todo el año, y que en estas fechas alcanza uno de sus picos anuales más altos.

Hay muchos caminos para hacer frente a esta realidad y no convertirse en la Paquita de la campaña. La familia es el apoyo más cercano. Amigos y vecinos son también una buena referencia. Hacer actividades fuera de casa, apuntarse a cursos y no encerrarse en casa es algo que recomiendan todos los expertos. Buscar asociaciones que tienen planes de acompañamiento y otras actuaciones sirven también para tejer una nueva red de amistades en la que apoyarse en todas las épocas del año, no solo en esta.

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“La Navidad es una época que llevo un poco mal”, cuenta Josefa, de 88 años. Es viuda desde hace 24. Vive sola en la localidad madrileña de Móstoles. Tiene dos hijos y cuatro nietos. La llaman todos los días y van a comer con ella a menudo. No todo lo que ella quisiera, “pero la vida está montada así, viven en Madrid, tienen su vida, su trabajo, y la juventud de ahora es más independiente que antes”, dice.

Pasará los días más importantes de estas fiestas con cada uno de sus dos hijos. Para el resto de jornadas cuenta con la visita semanal de una voluntaria de la ONG Grandes Amigos y también acude a las meriendas que organiza esta entidad una vez al mes. No se pierde una. Allí está haciendo nuevas amistades. “Las personas mayores necesitamos cariño y la ONG nos lo da”, asegura.

También acude a estas meriendas mensuales Inés, viuda de 75 años que vive en Vigo y que se mueve con dificultad por las secuelas que le dejó un ictus que sufrió hace 10 años. Lo hace acompañada de Rebeca, voluntaria de la misma organización, con la que está encantada. “Es maravillosa”, añade. Nunca le ha gustado mucho la Navidad y menos desde que murió su marido. La pasará con su hijo, “que es comercial, viaja mucho y no se ven todo lo que quisiera”, sus dos hermanas y recibirá la visita de sus nietos, de los que se siente “muy orgullosa”.

Grandes Amigos organizará eventos a lo largo de estos días fiestas de Navidad en todas las localidades donde está presente (Madrid, Galicia y País Vasco). En colaboración con otras empresas, y entre otras actuaciones, harán también talleres de adornos navideños y villancicos, visitas en autobús para ver las luces y entrega de regalos a personas con problemas de movilidad que no pueden acudir a las fiestas.

Hay más iniciativas para pasar acompañados estos días y no sentir la soledad. En las residencias, donde viven más de 360.000 personas mayores (datos de 2017 del CSIC) también se preparan para desarrollar una serie de actividades diferentes.

Es el caso de la Residencia de Mayores Fundación Santa Lucía en Moratalaz, gestionada por Cáritas Madrid, y en la que viven 70 personas, 19 hombres y 51 mujeres con una edad media de 86,5 años. Un día a la semana y hasta enero reciben, entre otras, la visita de los Reyes Magos o de niños voluntarios de colegios “Hacemos comidas especiales”, afirma su directora, Rosario Gonzalo. Hay pocos residentes a los que vienen a recoger sus familiares. También hay algunos que no tienen a nadie. “Somos una familia y esta es su casa”, dice Gonzalo. Antonia Díez, de 85 años, es un miembro reciente de esta familia. Vino a la residencia hace solo 14 meses porque “lloraba todos los días y tenía una depresión”, confiesa. “La soledad ha sido muy mala para mí”, dice esta mujer que enviudó hace 14 años y que ahora se siente feliz en un lugar donde “la quieren y la miman” según sus palabras. Es una de esas pocas a las que vendrán a recoger su familia. Lo harán sus sobrinas, con las que pasará los días 25 de diciembre y 1 de enero. También la ayudan el resto del año. “Tienen su familia, su trabajo, sus suegras, que también son viudas, etc. No puedes pedir más”, concluye.

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