7 fotos

La contrariedad democrática del Valle de los Caídos

Desde la Transición, el monumento se convirtió en el lugar más simbólico del recuerdo del franquismo. Las protestas contra el espacio han ido calando poco a poco

Una comitiva lleva una ofrenda floral desde Madrid hasta el Valle de los Caídos la madrugada del 19 al 20 de noviembre de 1983, en el octavo aniversario de la muerte de Franco.EFE
Un grupo de jóvenes hace el saludo fascista en la conmemoración del 20-N de 1998 en el Valle de los Caídos.AP
Última celebración del aniversario de la muerte de Franco permitida en el Valle de los Caídos, en noviembre de 2007. La Ley de Memoria Histórica aprobada aquel año prohibió ese tipo de actos en el conjunto monumental.SANTI BURGOS
Pero las medidas establecidas en la ley de Memoria Histórica no cerraron el debate en torno al monumento. En la imagen, de noviembre de 2011, un grupo de manifestantes convocados por la Federación Estatal del Foro por la Memoria y el Foro Social de la Sierra del Guadarrama reclaman la desacralización de la basílica y la exhumación tanto de Francisco Franco como de José Antonio Primo de Rivera.SAMUEL SÁNCHEZ
En los últimos años, distintos especialistas del CSIC han accedido a las fosas de la cripta gracias a las reclamaciones de una decena de familias de republicanos enterrados sin su consentimiento en el valle, entre ellos, los parientes de Rafael Abril y de los hermanos Manuel y Ramiro Lapeña. En las distintas catas que se han hecho (de donde proceden las imágenes), los expertos han comprobado el mal estado de las cajas, muchas rotas y abiertas, y el descontrol general, con huesos apilados sin “ninguna división entre los mismos” ni datos de identificación.
Pero el deterioro generalizado del monumento va mucha más allá de los enterramientos. En 2008, se cayeron al suelo dos fragmentos de unos 30 kilos del enorme conjunto escultórico que corona la basílica, ‘La Piedad’. En 2010, fue desmontada (momento que muestra la imagen) para restaurarla. ULY MARTÍN
La financiación y la gestión del conjunto es otra de las quejas recurrentes. Desde 1958, lo administra una Abadía benedictina gracias a un convenio con el Estado. En cuanto a las subvenciones públicas, desde 2012 superan los 12 millones de euros. En la imagen, el prior del valle, Santiago Cantera, en 2007.BERNARDO PÉREZ