Los Presupuestos y mi hijo

Hace dos años, mi hijo me preguntó por qué no estaba por las tardes en casa para jugar o hacer los deberes con él. Le expliqué que tenía que trabajar para poder ganar monedas. Para no complicar en exceso la explicación, le dije que me abonaban cuatro monedas al mes, de las que una y media las invertía —como muchas otras personas— en que todos tuviéramos médicos para los niños o profesores en las escuelas. Tras dudar unos segundos, dijo que si hubiera más mamás y papás que contribuyeran con su moneda y media es muy probable que la vida fuera más sencilla y mejor para todos. No sin dificultad le...

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Hace dos años, mi hijo me preguntó por qué no estaba por las tardes en casa para jugar o hacer los deberes con él. Le expliqué que tenía que trabajar para poder ganar monedas. Para no complicar en exceso la explicación, le dije que me abonaban cuatro monedas al mes, de las que una y media las invertía —como muchas otras personas— en que todos tuviéramos médicos para los niños o profesores en las escuelas. Tras dudar unos segundos, dijo que si hubiera más mamás y papás que contribuyeran con su moneda y media es muy probable que la vida fuera más sencilla y mejor para todos. No sin dificultad le expliqué que en nuestro país no todos los que quieren trabajar pueden hacerlo. Y que por lo tanto hay muchas familias que no reciben las cuatro monedas al mes. Ayer le conté que el presidente del Gobierno y un amigo suyo han propuesto aumentar las monedas dedicadas a todos. Abriendo los ojos y muy sonriente gritó: “Bien, todos los papás y mamás tienen trabajo”. No me atreví a decirle que de eso, aún no se sabe nada.

Luis Alberto Rodríguez

Santo Tomás de las Ollas (León

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