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Coordinado por Anna Argemí

La tierra: ¿más importante que el beneficio económico?

El documental 'The green lie' desvela cuánto de verde tienen los productos sostenibles

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¿Crees que el mundo aún tiene una oportunidad de salvarse si todos nos aliamos para hacer la “buena” compra, esa que es “justa”, “sostenible”, “verde”? Si lo crees, entonces el documental The green lie (La mentira verde) ha sido filmado para ti. El director austríaco Werner Boote emprende junto con Kathrin Hartmann, una periodista especializada en greenwashing, una peculiar road-trip en defensa del medio ambiente.

Una pequeña vuelta al mundo para convencernos con imágenes y entrevistas a víctimas del sistema de que no hay productos sostenibles, como las grandes corporaciones nos quieren hacer creer, sino que en realidad el sistema capitalista de producción y de consumo es en sí mortífero. No basta con cambiar la cesta de la compra. No hay otra que cambiar la manera de producir. The green lie se exhibirá este fin de semana en Madrid en el marco del Another Way film festival.

Se trata de un documental de autor que, a pesar de tratar un tema serio y dramático donde los haya, se permite pequeños toques de humor y de humanidad en las escenas donde Boote y Hartmann entablan una conversación. De hecho, The green lie es un largo diálogo entre Boote y Hartmann, que se inicia en Austria y continúa por Indonesia, Estados Unidos, Brasil y Alemania. Boote asume el rol del ciudadano medio europeo a quien las empresas han convencido de que su consumo puede cambiar el mundo. Hartmann le instruye, le informa, le muestra la realidad entre bastidores y le anima a no perder la esperanza.

Existen miles de sellos de certificación de calidad y de sostenibilidad pero no llevan aparejadas regulaciones

Al inicio del documental Boote confiesa que nunca ha estado en una manifestación, porque él ya de pequeñito aprendió a ser educado, a evitar discusiones, a buscar la armonía. El viaje físico pero también mental que realizan ambos produce cambios en el director. ‘The green lie’ se cierra con imágenes de una gran manifestación donde abundan las pancartas con el lema “El clima por encima de los beneficios”. Y Boote se cuenta, oh sorpresa, entre los manifestantes. ‘The green lie’ es por lo tanto un film que llama a la acción, que confía en convertir a los espectadores en activistas bien activos, valga la redundancia.

En Indonesia, primera parada, la pareja de viajeros descubren que no existe el “aceite de palma sostenible” porque como dice ella, “todo el aceite de palma es producido donde antes había bosques”. En el 2015 muchos bosques de Indonesia ardieron bajo las llamas. El adjetivo “muchos” se queda tal vez corto. Es el peor desastre medioambiental del país. Más de 100.000 personas murieron de resultas de los incendios. Y es un secreto a voces que las llamas fueron animadas, cuando no iniciadas, por las empresas que producen aceite de palma, que es el más barato del mercado y por eso se encuentra hoy en día en muchos productos de alimentación.

Toda esta información puede parecer muy abstracta y lejana. Es interesante en este sentido la visita que Boote y Hartmann hacen a Feri Irawan, un indonesio que nos es presentado como “héroe” de Sumatra por su lucha contra el aceite de palma. Es interesante porque nos permite aterrizar y personalizar ese drama que nos puede resultar de entrada abstracto y lejano. En un momento dado Irawan mira con desdén la bolsita de M&Ms que Boote está comiéndose y le suelta: “Hace sólo 2 semanas se declaró un gran fuego. 120.000 personas fueron tratadas por inhalación de humos… Y todo para que tú te comas tus M&Ms”. Sentí la bofetada en mi mejilla también. Los incendios y todo lo que conllevan no es lo peor. Irawan explica que una investigación sobre el modus operandi de varias compañías del sector reveló que están implicadas en violaciones de derechos humanos, violencia contra granjeros y comunidades enteras; que provocan desplazamiento de población, degradación ambiental y pobreza.

Boote cuenta que en el mundo existen miles de sellos de certificación de calidad y de sostenibilidad pero no llevan aparejadas regulaciones. Y es Hartmann quien justifica la existencia de estos sellos: las empresas quieren que las consideremos como partners y que juntos colaboremos. Pero esta colaboración no funciona porque sólo lleva al greenwashing. Según Hartmann, hay que poner fin a este círculo vicioso y hay que comprender que las empresas crean esta “falsa armonía” para evitar el conflicto. Pero el cambio real viene sólo a través del conflicto porque algunos van a perder privilegios.

En su periplo de descubrimiento Boote y Hartmann van a revelarnos las intrigas que traman las compañías petroleras, las que extraen carbón, las de los fabricantes de “coches verdes”, ¿un oxímoron?, así como las malas artes de los que explotan a los pueblos indígenas privándoles de sus tierras ancestrales en nombre del negocio. La tierra, ¿más importante que el beneficio económico?

Finalmente los dos viajeros se tomarán un respiro para entrevistar a Noam Chomsky, quien les confirma en la idea de que la solución pasa por cambios estructurales, cambios de las instituciones, eliminación de las corporaciones. Esa transformación de fondo, hacia un sistema económico global y realmente democrático, evitaría la necesidad del recurso a las “mentiras verdes”. Si no se tuerce pronto el rumbo Chomsky vaticina un futuro negro y no lejano: la destrucción de la vida civilizada.

Si el director de ‘The Green lie’ estuviera aquí supongo que te preguntaría a ti y a mí también, no como consumidores sino en tanto que ciudadanos: ¿te vienes a la manifestación?

‘The Green lie’

Dirigida por Werner Boote. Austria (93’)

Sábado 6 de octubre a las 19:00

Sala Azcona

En el marco del Another Way film festival

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