Los perros ‘postizos’ de Tamar Novas

Vídeo: Nani Gutiérrez | Pablo Grubsztein

TAMAR NOVAS se ha convertido en el cuidador de perros de su pandilla. Cuando su amigo Chisco se va de viaje, el actor se hace cargo de su mascota, Furia. Lo mismo ocurre con Franklin, cuando los que se van son Juan y Jimena. “Es como ser tío. Tienes las ventajas de convivir con ellos sin las obligaciones”, dice el protagonista de series como La zona, Fariña o Allí abajo.

Esa mañana ha salido a pasear con Franklin por Madrid. Furia no ha podido acompañarles porque la a...

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TAMAR NOVAS se ha convertido en el cuidador de perros de su pandilla. Cuando su amigo Chisco se va de viaje, el actor se hace cargo de su mascota, Furia. Lo mismo ocurre con Franklin, cuando los que se van son Juan y Jimena. “Es como ser tío. Tienes las ventajas de convivir con ellos sin las obligaciones”, dice el protagonista de series como La zona, Fariña o Allí abajo.

Esa mañana ha salido a pasear con Franklin por Madrid. Furia no ha podido acompañarles porque la acaban de operar. El cruce de pointer y bretón permanece inmóvil junto a su dueño postizo. “Cuando está conmigo, varío mi rutina para no dejarlo solo”, dice el ganador del Goya al mejor actor revelación por Mar adentro (2004). “Hace un año me quedé con él cuando estaba representando una obra. Lo dejé en casa de un amigo durante la función y cuando terminé me dijeron que había durado 10 minutos menos de lo habitual. Inconscientemente, había ido más rápido para ir a buscarlo”, ríe. Empieza a chispear y el animal se esconde bajo su brazo. “Es tranquilo y zalamero. Cuando me lo llevo a casa, le dejo dormir en la cama y subirse al sofá. Cosas que sus verdaderos dueños no le permiten”, cuenta el actor gallego.

Novas y Franklin comparten su afición por la fotografía. “A él le gusta posar y yo me puedo pasar tardes enteras retratándole”. Imágenes que luego cuelga en su cuenta de Instagram, con casi 15.000 seguidores. También sube muchas de Furia. Para él, son los perros que siempre quiso tener y, de momento, no ha podido. De niño se lo impidió el asma. Y ahora, con 31 años, su trabajo. “Hay épocas en las que no tengo un respiro y no podría cuidar de un animal”, explica el intérprete, que acaba de rodar Elisa y Marcela con Isabel Coixet. “Luego hay periodos de mucho tiempo libre”. Es en esos parones cuando más agradece la compañía de Franklin y Furia. “No me canso de cuidarlos”.

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