Editorial

Atentado en Brasil

El inaceptable ataque contra Bolsonaro no debe ser utilizado para aumentar la crispación

Partidarios de Bolsonaro, en la puerta del hospital donde fue internado.NACHO DOCE (REUTERS)

La puñalada sufrida por el candidato a la presidencia de Brasil Jair Bolsonaro es un acto inaceptable y gravísimo al que no hay que conceder la más mínima oportunidad de desestabilizar la campaña electoral de las trascendentales elecciones del próximo octubre. Las condenas expresadas por los rivales del candidato agredido no son pues únicamente una muestra de solidaridad más allá de las ideologías, sino un mensaje al electorado de que Brasil no puede transigir con el peor acto de violencia física contra el proceso democrático vivido en las últimas tres décadas.

Bolsonaro es un candidato...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La puñalada sufrida por el candidato a la presidencia de Brasil Jair Bolsonaro es un acto inaceptable y gravísimo al que no hay que conceder la más mínima oportunidad de desestabilizar la campaña electoral de las trascendentales elecciones del próximo octubre. Las condenas expresadas por los rivales del candidato agredido no son pues únicamente una muestra de solidaridad más allá de las ideologías, sino un mensaje al electorado de que Brasil no puede transigir con el peor acto de violencia física contra el proceso democrático vivido en las últimas tres décadas.

Editoriales anteriores

Bolsonaro es un candidato populista, con planteamientos de ultraderecha que ha caracterizado su campaña a la Jefatura de Estado por una defensa velada —y en ocasiones explícita— del recurso a la violencia. Pero una de las grandezas de la democracia —y no cabe duda de que Brasil es una democracia— es precisamente tolerar, proteger y otorgar igualdad de oportunidades a las voces más discrepantes siempre que estas acepten las reglas del juego.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Brasil vive una complicadísima crisis institucional desde que se abrió el proceso de destitución de la presidenta ganadora de las pasadas elecciones, Dilma Rousseff, y comenzaran las primeras condenas de cárcel por corrupción política entra las que destaca la impuesta al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. En estas circunstancias, lo último deseable es una campaña electoral tumultuosa que impida una elección sosegada.

Por eso mismo son preocupantes y absolutamente fuera de lugar los intentos de los colaboradores de Bolsonaro de crispar todavía más los ánimos. Las palabras de la mano derecha del candidato, Gustavo Bebianno, asegurando que “ahora es la guerra” son un inmejorable ejemplo de irresponsabilidad y falta de sentido de Estado.

Un individuo en solitario ha atentado con un cuchillo contra un candidato. Esa es la realidad. Brasil no está en guerra.

Archivado En