Historia de una foto: la soledad de la ganadora del Oscar al día siguiente
A las seis de la mañana del 29 de marzo de 1977, Faye Dunaway posaba con su estatuilla. Todo acabó con una boda
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En 1977 la revista People pidió al fotógrafo británico Terry O’Neill una imagen de Faye Dunaway (Florida, Estados Unidos, 1941), la favorita en los Oscar de ese año por su papel en Network. Un mundo implacable. Tras ganar, él le dijo que todo el mundo iba a publicar la misma foto de Faye alzando su premio y le propuso tomar la imagen al día siguiente. Ella aceptó.
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En 1977 la revista People pidió al fotógrafo británico Terry O’Neill una imagen de Faye Dunaway (Florida, Estados Unidos, 1941), la favorita en los Oscar de ese año por su papel en Network. Un mundo implacable. Tras ganar, él le dijo que todo el mundo iba a publicar la misma foto de Faye alzando su premio y le propuso tomar la imagen al día siguiente. Ella aceptó.
A las seis de la mañana del 29 de marzo de 1977, Dunaway posaba con su Oscar, el desayuno y los periódicos del día en la piscina del Hotel Beverly Hills. De todas las tomas, O’Neill eligió una en la que ella parece ausente. Como una estrella que acaba de llegar a la cumbre y se pregunta: ¿ahora qué?
Todo en esta magnífica instantánea cuenta una historia: la prensa, la piscina desierta, la luz del amanecer y el gesto ensimismado de la actriz. Y hay otra posterior: O’Neill y Dunaway se casaron seis años después, tuvieron un hijo y se divorciaron en 1989. Aun así, volverían a repetir la foto. Hay imágenes que están por encima de un divorcio.