El arte de vencer… y convencer

La colección del Museo Ruso en Málaga se cubre de propaganda.

'Lenin en la tribuna' (1927), de Isaak Brodsky.

A finales de los años veinte del siglo ­pasado, Rusia empezó a sentar las bases de un arte nuevo. Como el superhombre soviético que pretendía alumbrar, aquella flamante forma de crear se alimentó de arquetipos para inspirar una vida moralmente superior. Retratos solemnes de los líderes todopoderosos, odas gloriosas al trabajo agrícola e industrial y metódicas composiciones de jóvenes de cuerpos fibrosos servían de medio para contar historias y persuadir a las masas. Con un centenar de obras creadas hasta la década de los cincuenta, la ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A finales de los años veinte del siglo ­pasado, Rusia empezó a sentar las bases de un arte nuevo. Como el superhombre soviético que pretendía alumbrar, aquella flamante forma de crear se alimentó de arquetipos para inspirar una vida moralmente superior. Retratos solemnes de los líderes todopoderosos, odas gloriosas al trabajo agrícola e industrial y metódicas composiciones de jóvenes de cuerpos fibrosos servían de medio para contar historias y persuadir a las masas. Con un centenar de obras creadas hasta la década de los cincuenta, la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo en Málaga se cubre de este arte de la propaganda en Radiante porvenir, exposición abierta hasta febrero de 2019. 

Archivado En