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Una vida de vergüenza

Desde hace más de 40 años, el hospital Hamlin en Addis Abeba es un faro de esperanza para las mujeres de Etiopía que han sufrido lesiones por fistulas traumáticas a causa del parto

Entrada principal a la Escuela Hamlin de Comadronas de Desta Mender, cerca de Addis Abeba, en Etiopía. El matrimonio australiano formado por Catherine y Reginald Hamlin fundó el hospital Hamlin en 1974. Cuando, siendo unos jóvenes médicos, llegaron a Addis Abeba a mediados de la década de 1950 invitados por el gobierno etíope y abrieron una maternidad, los ginecólogos desconocían el problema de las fisuras traumáticas. Ver cómo estas convertían a las mujeres en apestadas los conmovió profundamente, y cuando acabó su contrato se quedaron y se convirtieron en pioneros de la cirugía de fístulas obstétricas.
Genet Gebre, afectada por dos fístulas, en el café de la Escuela Hamlin de Comadronas de Desta Mender (Etiopía) en el que trabaja. No hay estadísticas definitivas sobre las mujeres que sufren estas lesiones. Para la gente en general, las fístulas no existen, tal vez porque no constituyen una amenaza para la salud mundial, porque no existen medicamentos para tratarlas y ninguna gran empresa farmacéutica puede hacer negocio con ellas, y porque a nadie le gusta hablar de intestinos desgarrados y de orina y excrementos que se escapan.
Un maniquí de aprendizaje de la Escuela Hamlin de Comadronas de Desta Mender (Etiopía), cerca de Addis Abeba.
Clases de inglés para las alumnas de primer curso de la Escuela Hamlin de Comadronas de Desta Mender, en Etiopía.
Kida, una alumna de cuarto curso, se prepara para los exámenes en la Escuela Hamlin de Comadronas de Desta Mender, en Etiopía. El número de organizaciones que se dedican a combatir el mal de la fístula se puede contar con los dedos.
Jardín del Hospital Hamlin para Fístulas de Addis Abeba, en Etiopía. Las siguientes cifran muestran hasta qué punto es trágicamente mala la atención a las embarazadas en Etiopía: en Alemania, hay un médico por cada 226 pacientes; en Etiopía, uno por cada 33.500.
Operación de fístula en el Hospital Hamlin para Fístulas de Adís Abeba, en Etiopía. En los 45 años de vida del hospital se ha tratado gratuitamente a 50.000 mujeres. Al principio solo las operaban, pero poco a poco se vio claramente que, para curarlas, era necesario un enfoque integral.
El doctor Fekade Ayenachew en su despacho del Hospital Hamlin de Addis Abeba, en Etiopía. Es director médico del hospital Hamlin desde hace cinco años y tiene fama de ser uno de los cirujanos de fístulas obstétricas más eminentes del mundo.
Una paciente en el ala de mujeres del Hospital Hamlin de Addis Abeba, en Etiopía. Las mujeres permanecen internadas aquí un par de semanas antes y después de la operación.
Varios pacientes en el patio del Hospital Hamlin para Fístulas de Addis Abeba, en Etiopía. A las consecuencias de las fístulas, el doctor Ayanachew las denomina el "paquete de la fístula", y en él se incluyen, además de las heridas vaginales, las lesiones de los nervios de las piernas, las infecciones renales, la desnutrición, los traumas y las depresiones.
Revelado de una radiografía por el método tradicional en el Hospital Hamlin para Fístulas de Addis Abeba, en Etiopía.
Las mujeres permanecen internadas un par de semanas antes y después de la operación. Las mantas han sido donadas por mujeres de Australia, donde nació la doctora Hamlin, que cumplirá pronto los 93 años. Ha recibido el Right Livelihood Award, conocido como Premio Nobel Alternativo, y los etíopes le han otorgado el título de emayye, "madre de todas las madres".
El doctor Fakade Ayenachew y la doctora Renate Röntgen en una sala del Hospital Hamlin para Fístulas de Addis Abeba, en Etiopía.