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El circo del ‘slum’

La magia y el malabarismo sirven para vehicular mensajes de inclusión social

Antes de un espectáculo, Isesu Faith Amojong siempre está un poco nerviosa. "Pero luego sales al escenario y todo lo demás desaparece", admite. Tiene 21 años y lleva más de tres con el circo. "Vivir en un 'slum' para una chica puede ser amedrentador. He crecido viendo adolescentes quedarse embarazadas, dejar los estudios, niños quedarse huérfanos, jóvenes sin opciones". Uganda cuenta con una de las poblaciones más jóvenes del continente. Alrededor del 52% de los nacionales -unos 18 millones de personas- tiene menos de 15 años. Sin embargo, las tasas de desempleo juvenil son igualmente elevadas y pueden alcanzar cotas del 80% en algunas zonas del país.Tiziana Trotta
Antes de unirse al circo, Mirembe Rashidah se dedicaba a "no hacer nada". A sus 19 años, ahora está encantada con lo que hace y orgullosa de poder ganar algo de dinero con los espectáculos. "Eso evita que me meta en problemas", explica. Angelo Chemello, responsable de la delegación en el país de la ONG italiana Insieme si può, asegura que los problemas de Namuwongo son muchos. "Nunca se ha llevado a cabo un censo de la población del ‘slum’ y es muy complicado decir cuántas personas viven aquí. La gente viene y se va. Muchos refugiados se instalan aquí en condiciones precarias. La incidencia del VIH es muy elevada y muchos menores se quedan huérfanos a una edad muy temprana. La pobreza empuja a muchas mujeres -o incluso niñas- a ejercer la prostitución".Tiziana Trotta
"El circo ha tenido un impacto positivo en mi vida. Para empezar desde el punto de vista físico. Antes era muy delgado y ahora me siento en forma. Además, he hecho muchos amigos y, sobre todo, consigo enviar dinero a mi familia", relata Isaac Ocircam, de 23 años. Los problemas económicos familiares le impidieron ir a la universidad, pero le gustaría retomar los estudios en el futuro y aprender más sobre arte. La entrada para un espectáculo de Hiccup Circus Uganda cuesta entre 5.000 y 20.000 chelines (1,1-4,7 euros). La exhibición dura alrededor de una hora, en la que se alternan payasos, malabares, escupidores de fuego, muñecos gigantes y teatro hecho con los pies, entre otras actividades. Al término del espectáculo, los artista distribuyen entre el público folletos con información sobre los temas tratados.Tiziana Trotta
Desde que Patrick Kilama, de 24 años, vio el circo en televisión, soñó con convertirse en un artista, pese a todos los obstáculos interpuestos por la dureza de la vida en el 'slum'. "El circo es un contenedor flexible para abordar los temas tabú", explica el italiano Giacomo Babaglioni, que en 2013 dejó su anterior empleo como odontólogo para volcarse en la gestión de esta iniciativa. "Te permite captar la atención de los más jóvenes y rellenar los huecos del sistema educativo. Este arte llega directamente a las emociones, por eso tiene un potencial transformador que va mucho más allá de los métodos de educación tradicional".Tiziana Trotta
Musenze Julius empezó con los malabares de manera autodidacta. "Es una oportunidad para los jóvenes del 'slum", cuenta mientras hace voltear en el aire seis pelotas de tenis. Los 12 artistas de Hiccup Circus Uganda se exhiben también en escuelas de la ciudad y esperan que sus historias personales pueden motivar a otros jóvenes a tomar las riendas de su futuro.Tiziana Trotta
Nkuutu George Chris, 25 años, se acuerda perfectamente del primer espectáculo en el que participó. "Me costó salir al escenario. Estaba tan nervioso que en algunos puntos me trabé un poco, aunque en general puedo decir que no fue tan mal". Hiccup Circus Uganda, sostiene, ha cambiado su vida. "Vivir en el 'slum' supone un reto continuo para los jóvenes, no hay trabajo, no hay nada que hacer. Ahora gano dinero y puedo ayudar a mi familia".Tiziana Trotta
La voz de Ochieng William, de 24 años, se escucha con enormes dificultades entre la música que sale de los altavoces para calmar al público impaciente de niños. William trabaja también como pinchadiscos.Todo lo que sabe de baile lo aprendió por su cuenta, viendo vídeos en YouTube e inventando coreografías. "Nada es mejor que un sueño para crear el futuro", reza el lema del circo. En cuatro años de actividad, Hiccup Circus Uganda estima haber alcanzado un público de más de 23.000 jóvenes.Tiziana Trotta
"Soy Gilbert Okot. Bueno, este es mi verdadero nombre", matiza este artista de 24 años. Todos le conocen como 'Scooter', apodo que utiliza también cuando se exhibe en el arte del beatbox. Con el dinero ganado en los espectáculos, ayuda a sus padres y mantiene los estudios de sus hermanos. "La educación es fundamental. Quiero que puedan seguir hacia adelante", explica orgulloso.Tiziana Trotta