De turismo en la pasarela: así se inspira la moda en las chanclas con calcetines

A los viajes cada vez les pedimos más. En el 2016, la gran tendencia en turismo fue el “viaje experiencial”, el que aporta un valor añadido, al margen de los conocidos recorridos comerciales, y permite disfrutar de las culturas nativas e interactuar con los lugareños. Ahora, esta moda evoluciona y da un paso más allá. Se trata del “viaje transformador”, similar al anterior, pero motivado también por una necesidad de autoconocimiento, de crecimiento personal y de una comunión más profunda con el entorno. Con una vivencia de esas características, tratamos de paliar la tiranía de la era tecnológi...

A los viajes cada vez les pedimos más. En el 2016, la gran tendencia en turismo fue el “viaje experiencial”, el que aporta un valor añadido, al margen de los conocidos recorridos comerciales, y permite disfrutar de las culturas nativas e interactuar con los lugareños. Ahora, esta moda evoluciona y da un paso más allá. Se trata del “viaje transformador”, similar al anterior, pero motivado también por una necesidad de autoconocimiento, de crecimiento personal y de una comunión más profunda con el entorno. Con una vivencia de esas características, tratamos de paliar la tiranía de la era tecnológica que nos distancia de nosotros mismos y de los demás, mediante travesías que nos ayudan a iniciar un viaje interior. Esa odisea -como la emprendida por El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell- idealmente será la que nos permita sumergirnos en la sabiduría de otros lugares, gentes y costumbres de tal forma que, al regresar a casa, podemos aplicar a nuestra vida diaria el cambio adquirido de perspectiva y conocimiento. Pero no toda introspección necesita de un gran desplazamiento especial: también podemos observar nuestro propio hábitat, ya sea campo, playa o ciudad, con una nueva mirada: la del flâneur que pasea libremente y sin rumbo por las calles.

En tierras exóticas o a la vuelta de la esquina, para emprender la aventura que nos permita escaparnos de nuestra realidad ordinaria y adentrarnos en lo desconocido, hay que estar bien equipado con el objetivo de enfrentarse a las inclemencias del tiempo y las dificultades que ofrezca el terreno. Y eso bien lo sabe el mundo de la moda, que nos invita a pertrecharnos con el kit clásico del turista y mirar hacia la nueva modernidad que trae el 2018.

Si bien las semanas de la moda masculina han dejado sentir esta tendencia, el viaje transformador no tiene género. Aunque Demna Gvasalia, ya sea a través de Balenciaga o de Vetements, es uno de los que más apuesta por esta tendencia, la colección de hombre que Prada lanzó en 2016 para este verano ya marcaba prácticamente todos los tips estilísticos que debía seguir cualquier explorador en busca de nuevas realidades. Mochilas, accesorios con velcro, bandanas, elementos de neopreno y gorros impermeables conformaban un equipo de supervivencia que anunciaba la aparición de ese tourist style que ahora se deja ver no solo sobre la pasarela, sino también a pie de calle.

Este año, el look, por un lado, se naturaliza, al asemejarse más al típico turista de clase media fácilmente reconocible, a quien se identifica por el uso de otros elementos que aparecen en escena. Las riñoneras, por ejemplo, aunque desde finales de los años 80 vienen y van, parece que nunca llegan a ser del todo bienvenidas, a pesar de su innegable utilidad. En las últimas temporadas las hemos visto reinterpretadas desde su estética más bakala, por Pepa Salazar, hasta las de ‘nuevo lujo’ resultantes de la colaboración entre Louis Vuitton y Supreme.

En cuanto al calzado, es un “cajón desastre” regido por la comodidad. Las chirucas de Y/Project, las chanclas de J.W. Anderson o las zapatillas al estilo escalada de Kenzo son buenos ejemplos.

Los elementos son muchos y dispares, por lo que, para facilitar la tarea, será mejor conocer previamente el destino final. Si se opta por la playa, las camisas hawaianas, paradigma del veraneo, serán las primeras en la maleta. En los años 60, Elvis Presley nos hizo soñar con ellas en Blue Hawaii, en los 80 fueron Al Pacino en El precio del poder y Tom Cruise en Cocktail, en los 90, Leonardo DiCaprio en Romeo y Julieta y para despedir el pasado milenio tuvimos a Johnny Depp en Miedo y asco en Las Vegas. Ahora Paul Smith, MSGM y Valentino, entre otros, rediseñan su clásico patrón y mezclan para su confección distintos tejidos.

Pero si se prefiere ir a la montaña, entonces el equipo vendrá marcado por las leyes del gorpcore, tendencia cuya funcionalidad de nuevo rige sobre la estética. Esta nueva moda en un momento dado incluso te propone, como ha hecho Cottweiler, que salgas ya preparado con el saco de dormir y la cantimplora. Otras prendas y accesorios clave para hacer vida al aire libre son las parkas, botas de montaña, plumas y chubasqueros que ofrecen marcas como Patagonia, North Face, Columbia o Birkenstock.

En el caso de ser animal de ciudad, entonces todo vale para dejarse llevar por la llamada de la aventura.