Lo nuestro es pura pantomima

Todos acabamos sacando en algún momento al flipado que llevamos dentro

Fotograma.

Entre los arquetipos popularizados de unos años para acá figura el intensito del Mercadona, que machaca tus oídos a base de la grandeza de su hummus o las bondades de sus cremas. “¿No tienes uno en tu barrio? Qué putada. En serio, prueba las pizzas, te van a flipar”. Horas hablando de un supermercado nunca son suficientes, y no es rara avis: buscando piso en Madrid es habitual encontrar anuncios que presumen no ya de ser “coquetos”, por decir algo, sino de estar “próximo al Mercadona”.

Se han reproducido a ritmo...

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Entre los arquetipos popularizados de unos años para acá figura el intensito del Mercadona, que machaca tus oídos a base de la grandeza de su hummus o las bondades de sus cremas. “¿No tienes uno en tu barrio? Qué putada. En serio, prueba las pizzas, te van a flipar”. Horas hablando de un supermercado nunca son suficientes, y no es rara avis: buscando piso en Madrid es habitual encontrar anuncios que presumen no ya de ser “coquetos”, por decir algo, sino de estar “próximo al Mercadona”.

Se han reproducido a ritmo de vértigo esos colegas que en algún momento de su vida se volvieron runners y lo comparten con el mundo (“Me lo dices hace dos años y no te creo, ¿yo en una carrera de 10 kilómetros?”). Más reciente es el papel de altavoz social del Wallapop (“Lo puse a 15 pero me regateó, el tío. Me dijo que 10. Le dije que ni de coña. Al final, 11”), que repite en bucle que no hay mejor lugar para decorar tu casa que con los chollos de Wallapop, por muy lejos que te pillen. Ocupan un lugar especial quienes presumen de filosofía carpe diem pontificando que estamos todo el santo día con el móvil, y luego todo lo tuitean y acabas en su Instagram entre hashtags de lugares comunes.

Uno de los tesoros que nos ha traído las redes sociales son las pildoritas de humor. El dúo Pantomina Full carga las suyas retratando este tipo de personajes habituales en grupos de amigos. Ahora que hacemos espectáculo de lo que antes era privado, con actualizaciones para contar no sólo lo extraordinario, sino cualquier nimio detalle cotidiano, todos acabamos sacando en algún momento al flipado que llevamos dentro. Sucumbimos, ¡horror!, al postureo.

Dicen que su humor tiene un punto generacional, citan como referentes a Will Ferrell o Seth Rogen, a webs como Funny or Die, y, más cercanos, a cómicos como Ernesto Sevilla, que protagoniza el último de sus vídeos antes del parón de agosto encarnando al típico amigo guitarrita.

Nos podrán decir muchas cosas –incluso llamarnos millennials, o peor, ¡milénicos!– pero nunca podrán negar que sabemos reírnos de nosotros mismos. Por eso los comentarios a los vídeos de Pantomina se llenan de menciones a amigos: querido, este pesado eres tú.

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