La mudanza de las bestias

Un alce durante su traslado desde el edificio que alberga las Colecciones de Historia Natural de Bergen (Noruega) en 2013. Lupe de la Vallina

SIEMPRE resulta inquietante adentrarse en un museo con animales disecados a cada paso. Criaturas muertas fingiendo la vida. La experiencia roza el surrealismo cuando las bestias comienzan a cambiar de lugar, a moverse de un lado a otro, a salir a la calle. Sucedió en Bergen, la segunda ciudad de Noruega, cuando el edificio que albergaba las Colecciones de Historia Natural del Museo Universitario decidió cerrar sus puertas en 2013 para acometer reformas. El proceso obligó a reubicar jirafas, osos polares, canguros y demás en otra punta de la c...

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SIEMPRE resulta inquietante adentrarse en un museo con animales disecados a cada paso. Criaturas muertas fingiendo la vida. La experiencia roza el surrealismo cuando las bestias comienzan a cambiar de lugar, a moverse de un lado a otro, a salir a la calle. Sucedió en Bergen, la segunda ciudad de Noruega, cuando el edificio que albergaba las Colecciones de Historia Natural del Museo Universitario decidió cerrar sus puertas en 2013 para acometer reformas. El proceso obligó a reubicar jirafas, osos polares, canguros y demás en otra punta de la ciudad, dando lugar a escenas a medio camino entre una mudanza y un episodio bíblico. Muchas de estas fieras llevaban en el mismo lugar desde la apertura de la colección en 1866, más de 150 años en el sitio. El fotógrafo noruego Helge Skodvin, de 48 años, y nominado, entre otros, al premio de la agencia Magnum, siguió el tránsito por Bergen de estos ejemplares y ha acabado recopilando su trabajo en el fotolibro A Moveable Beast. “Me interesa capturar y documentar los aspectos divertidos y a menudo absurdos de la vida cotidiana”, asegura Skodvin.

pulsa en la fotoUn canguro con su cría en el interior del marsupio.

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