Fábula en algún lugar del oeste de China…

En la región china de Chongqing, el desarrollo económico ha dado paso a un proceso imparable de urbanización que arrincona la naturaleza.Julien Chatelin

DURANTE UN periplo que ha calificado como “su odisea”, el fotógrafo francés Julien Chatelin ha navegado por la fina frontera que separa la urbanización de la naturaleza. Este proyecto, llevado a cabo en varios países, profundiza en esos espacios ambiguos, esas zonas grises del desarrollo urbanístico, desiertas y ambivalentes, que sugieren al mismo tiempo fertilidad e infertilidad, vida y muerte. Son tanto la promesa del futuro como la promesa de la nada. El oeste de China es el mejor observatori...

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DURANTE UN periplo que ha calificado como “su odisea”, el fotógrafo francés Julien Chatelin ha navegado por la fina frontera que separa la urbanización de la naturaleza. Este proyecto, llevado a cabo en varios países, profundiza en esos espacios ambiguos, esas zonas grises del desarrollo urbanístico, desiertas y ambivalentes, que sugieren al mismo tiempo fertilidad e infertilidad, vida y muerte. Son tanto la promesa del futuro como la promesa de la nada. El oeste de China es el mejor observatorio del impacto que el rápido desarrollo económico ha tenido en su paisaje. La transformación no tiene precedentes y ha redefinido de forma radical la topografía del país (700 montañas fueron niveladas a ras de tierra en la provincia de Gansu) y la demografía, con grandes desplazamientos de población de las áreas rurales a ciudades inmensas y recién construidas. Chatelin ha recorrido esta zona, desde la provincia de Sichuan, en el sur, hasta Mongolia Interior, en el norte, donde nada es ya permanente y los paisajes se tornan inestables.

pulsa en la fotoEnero de 2015. El hotel Sheraton de Chongqing (las dos torres del fondo), inspirado en la arquitectura estadounidense.

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