Invisibles

La policía detuvo a un individuo que se había ido sin pagar de 13 hoteles de lujo de Madrid

cordon press

Querido Juan Carlos, admirado Sinpa:

Que sepas que yo también.

Y todos. Aunque digan que no.

Porque, por desgracia, la pregunta salvaje que engloba a todas las demás es sencilla: ¿de qué seríamos capaces si supiéramos que no nos iban a ver? ¿Qué haríamos si fuésemos invisibles? Los códigos morales, el altruismo, la fidelidad, la decencia, la honestidad… todo saltaría hecho cachitos o, como diría el replicante Roy Batty, “se perderían en el tiempo como lágrimas en la lluvia”. Pero al final tú no lo fuiste. I...

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Querido Juan Carlos, admirado Sinpa:

Que sepas que yo también.

Y todos. Aunque digan que no.

Porque, por desgracia, la pregunta salvaje que engloba a todas las demás es sencilla: ¿de qué seríamos capaces si supiéramos que no nos iban a ver? ¿Qué haríamos si fuésemos invisibles? Los códigos morales, el altruismo, la fidelidad, la decencia, la honestidad… todo saltaría hecho cachitos o, como diría el replicante Roy Batty, “se perderían en el tiempo como lágrimas en la lluvia”. Pero al final tú no lo fuiste. Invisible. Al final te jiparon.

Te fuiste sin pagar de 13 ¡13! hoteles de lujo del centro de Madrid. No llevabas equipaje, dabas una tarjeta que no funcionaba, decías que te ibas al cajero de al lado y, como un David Copperfield/versión barrio de Salamanca, te esfumabas. Te tuvieron que pillar en el 13. Yo creo que lo hiciste adrede, que te dejaste coger. Era demasiado irresistible. ¿Cómo lo llamamos? ¿La poesía del prófugo?

Que sepas que yo también, y todos, pero te dirán que no.

A ver, que yo no digo que seas un héroe. Que no digo que 7.000 púas no sean muchas púas —las que dejaron de ingresar los hoteles de los que hiciste mutis— pero sí digo que 7.000 euros al lado de las chorizadas de infinitos ceros que cada cuarto de hora nos llueven sobre el coco, poca cosa parece. Que no digo yo que seas un Robin Hood del minibar. Pero lo que sí digo, querido, choricete Juan Carlos, es:

Que te quiten lo bailao.

Y, si fuéramos invisibles, a nosotros también.

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