Por qué Marruecos ganó la batalla contra el plástico

El Estado ha conseguido en seis meses reducir de forma encomiable el consumo de las bolsas

Cuando uno pisa cualquier tienda o supermercado de España es inevitable añorar la valentía y la determinación con la que Marruecos emprendió hace medio año la lucha contra las bolsas de plástico. Aquí no salías de una tienda sin tres o cuatro bolsas en cada mano, de malísima calidad por cierto, pero igual de nocivas para el medio ambiente. Aquello era una plaga. Hasta que el Estado promovió una campaña con el nombre de Zero Mika (cero bolsas de plásticos), y promulgó en julio una ley contra la “fabricación, importación, comercialización y utilización” de las bolsas.

Por supuest...

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Cuando uno pisa cualquier tienda o supermercado de España es inevitable añorar la valentía y la determinación con la que Marruecos emprendió hace medio año la lucha contra las bolsas de plástico. Aquí no salías de una tienda sin tres o cuatro bolsas en cada mano, de malísima calidad por cierto, pero igual de nocivas para el medio ambiente. Aquello era una plaga. Hasta que el Estado promovió una campaña con el nombre de Zero Mika (cero bolsas de plásticos), y promulgó en julio una ley contra la “fabricación, importación, comercialización y utilización” de las bolsas.

Por supuesto que hubo contrabando desde Melilla y una veintena de toneladas de bolsas requisadas. Pero hoy cuesta encontrarlas en la calle. Hasta la fruta va metida en bolsas de papel en los grandes supermercados. El ministro de Industria, Moulay Hafid Elalamy, sacó pecho este enero ante la prensa, cuando presentó su balance: “Ustedes han visto que no se trata de una simple campaña de prohibiciones, sino de un cambio definitivo”.

Según el ministro, la hazaña ha sido posible gracias a “operaciones de control eficaces a nivel local, en las unidades de producción, en los puntos de venta y en las fronteras”. O sea: poniendo un ojo en todas partes. La eficacia ha sido tan notable que uno se pregunta por qué no se pone tanto empeño en otros menesteres. No hablamos de tareas hercúleas como la corrupción (Marruecos ocupa el puesto 90 de los 176 países recogidos en el Índice de Transparencia Internacional), sino algo más modestas.

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Se echa en falta, por ejemplo, un “Cero humo de tabaco en lugares públicos”. O bien: “Cero coches subidos en las aceras”. O una campaña para que los policías plantados en medio de las rotondas comiencen a regular el tráfico. Y ya puestos, alguna medida para frenar los accidentes de carretera: 3.565 muertos en 2015 (un 5,4% más que el año anterior), más del triple que en España (1.160 fallecidos en 2016).

De momento, la victoria contra el plástico ha mostrado un camino.

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