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Un ‘city tour’ para defender el patrimonio

Un proyecto de turismo comunitario toma impulso en un barrio enclavado en el Centro Histórico de Quito, sobre el que pesan intereses inmobiliarios

Un medio local incluyó al barrio en el ranking de las antimaravillas de la ciudad.
El barrio de San Roque corona el Centro Histórico y goza de unas vistas privilegiadas, pero tiene el estigma de ser un sitio inseguro y abandonado.
El interés de los vecinos-guardianes es demostrar y defender el patrimonio vivo que todavía se puede palpar.
Los anfitriones barriales no tienen cifras de cuántos turistas han llegado a San Roque desde que empezaron a recorrerlo. Quizás unos pocos miles porque su promoción se limita al Facebook.
Parte de la dieta tradicional de los quiteños se vende en los mercados de San Roque. El chancho hornado es uno de los platos andinos más conocido.
El molino San Martin es el último molino de piedra de Quito. Existe desde 1964 y todavía se muelen los granos manualmente y se vende la harina por libras. Sus clientes son personas mayores que todavía emplean las distintas harinas en su dieta diaria.
Gonzalo Gallardo es el restaurador de imágenes y de personas. Desde hace cuatro generaciones, su familia se ha dedicado a los mismo. Antes tallaban imágenes de madera, pero estas ya no se encargan. Ahora solo retoca imágenes religiosas y cubre los despostillados de las personas que visitan su local.
Las indígenas mujeres buscan ocupación en los mercados del barrio. La mayoría se emplea como desgranadoras. A cambio de unos pocos dólares diarios, entregan los granos a las grandes superficies.
La religiosidad atraviesa la vida de todos los moradores. En muchos locales comerciales, las imágenes de Jesús son usadas para pedir bendiciones y abundancia.