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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Las noticias que nos rompen (13): Europa y Australia se blindan, la revolución peruana contra el machismo y otras historias

PorElena Cabrera(@elenac), de la Fundación porCausa (@porcausaorg).

Recordarán de episodios anteriores de este Storify los escalofriantes testimonios recogidos en el campo de detención de la isla-Estado de Nauru, filtrados al diario The Guardian. Imposibles de olvidar los acosos y abusos a las niñas, los cuales les hacían desear la muerte.

Junto a Nauru, Manus es el otro campo de refugiados que Australia mantiene más allá de su frontera. Nos hubiera gustado decirles que el reportaje ha provocado el desmontaje de estas instalaciones inhumanas pero la respuesta del Gobierno australiano, junto al de Papua Nueva Guinea, ha sido el anuncio del cierre del otro campo, el de Manus. No han dicho cuando. No han dicho qué harán con los 854 hombres que viven allí. No han dicho nada más. Pero el periodista refugiado iraní Behrouz Bboochani, quien lleva allí más de tres años, dice que, ahí dentro, nadie acaba de creérselo; no es la primera vez que una noticia imprecisa les asalta.

Mientras tanto, en Europa, más de lo mismo: cierre de las fronteras a cal y canto. Frontex, la agencia de la Unión Europea que vigila y controla los bordes exteriores de la Unión, envía a Bulgaria 100 agentes de refuerzo para un único puesto fronterizo, el que limita con Macedonia. Pero en realidad Bulgaria había solicitado 200. Al país le preocupa el incremento del flujo de migrantes que llegan desde Turquía y Serbia. Se lo escuchamos en A Vivir Que Son Dos Días a José Antonio Bastos, presidente de Médicos Sin Fronteras: “Europa torpedea constantemente el derecho de asilo y refugio”.

La semana pasada les hablamos de un levantamiento en Ecuador. En esta ocasión queremos fijarnos en otra sublevación, que ya estaba tardando, en Perú. Las mujeres limeñas se han hartado de la violencia machista. La chispa que ha encendido este rechazo público, mucho más radical y definitivo que la tímida respuesta de cualquier gobierno hacia mutilaciones de los derechos humanos, fue un texto. Sí. Un post en Facebook. Escrito por una chica de 22. Y luego, un grupo que se arma en la misma red social: Ni Una Menos. Y al poco, una marcha nacional el 13 de agosto. “Un desborde, una catarsis, una revolución”, http://distintaslatitudes.net/niunamenos-peru-un-desborde-una-catarsis-una-revolucion escribe Gloria Alvitres en Distintas Latitudes. “Las mujeres hemos tomado esa especie de mochila en la que cargábamos con muchos años de violencia machista —la del hogar, la de la calle, la de la Iglesia, la del Estado— y se la hemos tirado a la sociedad por la cabeza”, escribe Gabriela Wiener en el New York Times.

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