Philippe Grohe, el emperador de los grifos

Philippe Grohe explica su trabajo en la sede de la empresa, en la Selva Negra alemana.

PHILIPPE GROHE (Le Sentier, 1967) habla de una frustración. Le hubiese gustado ser bueno en dibujo. Eso no le impide ser el máximo responsable de diseño de la firma de grifería alemana Hansgrohe, un imperio multimillonario con venta en 140 países. Su trabajo no consiste en dar forma a nuevos productos. Él hace de interlocutor entre algunos de los diseñadores más importantes del mundo y el equipo de ingenieros de su empresa. Lo suyo son las ideas.

Cuando era un veinteañero, Grohe no se sentía atraído por el universo de chorros de agua y tuberías que...

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PHILIPPE GROHE (Le Sentier, 1967) habla de una frustración. Le hubiese gustado ser bueno en dibujo. Eso no le impide ser el máximo responsable de diseño de la firma de grifería alemana Hansgrohe, un imperio multimillonario con venta en 140 países. Su trabajo no consiste en dar forma a nuevos productos. Él hace de interlocutor entre algunos de los diseñadores más importantes del mundo y el equipo de ingenieros de su empresa. Lo suyo son las ideas.

En la primera foto, el Axor Starck V. En la segunda, varios de los diseños de grifo.

Cuando era un veinteañero, Grohe no se sentía atraído por el universo de chorros de agua y tuberías que en ese momento dirigía su padre. Aunque él y su hermano eran los herederos naturales de una compañía que su abuelo levantó en 1901, Grohe quería buscar su propio camino y encontrar la inspiración artística que le faltó en su infancia. “De pequeño mi padre me enseñaba a construir cosas, me daba piezas y yo las encajaba, pero nunca me llevaba a ver museos o iglesias”, cuenta en la sede central de Hansgrohe, en el pueblo de Schiltach, en plena Selva Negra alemana. Licenciado en Económicas, Grohe encontró en la fotografía “la mezcla perfecta entre técnica y arte” y durante años trabajó para varias ONG en diferentes países. Los años como fotógrafo le valieron para cultivar su creatividad.

Mientras recorre la exposición de cuartos de baño, se empeña en tocar los grifos y accionar los diferentes chorros de las duchas. Detrás de cada uno hay una historia y siempre el mismo reto: hacer del baño una experiencia diferente. A Grohe le importa la funcionalidad, pero le fascina el diseño. No son salas destinadas solo a la higiene, sino estancias para evadirse, relajarse, sentir el poder del agua y reconectar con la naturaleza. Duchas que simulan la caída del agua de lluvia o grifos que imitan la suavidad de una cascada. En su discurso, Grohe presume de ingeniería alemana y de innovación permanente, por ejemplo en un grifo con forma de rama de árbol que consume la mitad de agua que los convencionales.

“No es fácil trabajar con los mejores diseñadores del mundo. Lo más complicado es no coartar su creatividad con las limitaciones técnicas. Para eso estoy yo, para no entorpecer su imaginación y darles alas para crear productos rompedores”, confiesa Grohe sobre su día a día con genios como el francés Philippe Starck, la española Patricia Urquiola o el italiano Antonio Citterio. Hacer del baño la habitación más especial de la casa es la visión que Grohe transmite a los diseñadores y arquitectos que colaboran con la firma. “La gente toca nuestros productos entre 10 y 20 veces al día. No todas las empresas tienen el privilegio de influir en esa experiencia cotidiana”, explica Grohe.

Varios de los diseños de grifo en la zona de exposición.

Tras 16 años como responsable de diseño, se siente especialmente orgulloso del grifo Axor Starck V, de su línea de lujo Axor. Es el primer grifo de cristal con el caño abierto del mercado y posee una tecnología que se basa en el principio del vórtice: un mecanismo que hace que el agua nazca en forma de remolino desde la base del grifo. Otra vez la naturaleza como protagonista. “Le pedí a Philippe Starck que jugáramos más con el agua, que creásemos un grifo que permitiese ver la belleza de su creación”. El resultado es óptimo; presionar la palanca que deja salir el agua es como ver el nacimiento de un manantial a pequeña escala. El atrevimiento, la experimentación y el poder hipnótico del diseño. Esa es la aportación de Philippe Grohe.

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