Soledad Puértolas, no sin mis perros

Soledad Puértolas sentada con sus tres canes en el jardín de su casa.

DOS PERROS flanquean la puerta de la casa de Soledad Puértolas, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Se inclinan y gruñen impidiendo a los desconocidos acceder al patio central –de 1910– decorado con azulejos sevillanos. “Con ellos me siento protegida”, reconoce la escritora, que ocupa la silla g de la Real Academia Española.

Coti es un labrador que le regaló su asistenta hace siete años. Chimo era el jack russell de su hijo Diego: “Lo dejó aquí cuando se fue a buscar trabajo a París”. Con ella son muy...

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DOS PERROS flanquean la puerta de la casa de Soledad Puértolas, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Se inclinan y gruñen impidiendo a los desconocidos acceder al patio central –de 1910– decorado con azulejos sevillanos. “Con ellos me siento protegida”, reconoce la escritora, que ocupa la silla g de la Real Academia Española.

Coti es un labrador que le regaló su asistenta hace siete años. Chimo era el jack russell de su hijo Diego: “Lo dejó aquí cuando se fue a buscar trabajo a París”. Con ella son muy cariñosos, pero la relación entre los dos es imposible. “En ellos he visto sentimientos instintivos como los celos y su incapacidad de controlarlos”. Sobran las explicaciones: Soledad le da una galleta a Coti y el pequeño Chimo se abalanza sobre él y se enzarzan en una pelea perruna. “Esto te hace valorar aún más la razón humana”.

Soledad acaricia a su perro 'Coti' delante del invernadero de su jardín.

Los perros son un elemento esencial de su obra. “Están en mi vida y yo escribo sobre lo que conozco”. De todos los que ha novelado, hay uno especial: Lord, retratado en su libro de relatos El fin (Anagrama). Está inspirado en Mós, el primero que tuvo, hace más de 20 años. Estaba tan encariñada con él que sus hijos pensaron que necesitaba un segundo perro “para diversificar mis emociones”. Le regalaron a Lura, que hoy tiene 14 años y sufre de artritis.

Para Puértolas el maltrato animal es “el símbolo de la injusticia”, porque “nosotros los hemos traído a nuestro territorio”. En su opinión, los perros “proporcionan una compañía inigualable”. Ella misma dice que con los suyos no se siente sola, y que “nunca” vivirá sin un animal a su lado.

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