Editorial

Valiente Renzi

El primer ministro italiano logra aprobar una ley que reconoce y regula las uniones entre personas del mismo sexo

Partidarios de la legalización de la unión entre personas del mismo sexo, en una manifestación en Roma el pasado día 11. FILIPPO MONTEFORTE (AFP)

La determinación reformadora del primer ministro Mateo Renzi ha permitido que Italia tenga por fin, pese a la pertinaz oposición de la Iglesia, una ley que reconoce y regula las uniones entre personas del mismo sexo. Era una reforma que las fuerzas más conservadoras habían logrado impedir hasta ahora; esta vez se ha encontrado con un gobernante dispuesto a superar resistencias y amenazas, incluida la de promover el voto negativo en el próximo referéndum de la reforma constitucional, en la que Renzi se juega su futuro político.

El hecho de que la ley haya sido promovida por un primer min...

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La determinación reformadora del primer ministro Mateo Renzi ha permitido que Italia tenga por fin, pese a la pertinaz oposición de la Iglesia, una ley que reconoce y regula las uniones entre personas del mismo sexo. Era una reforma que las fuerzas más conservadoras habían logrado impedir hasta ahora; esta vez se ha encontrado con un gobernante dispuesto a superar resistencias y amenazas, incluida la de promover el voto negativo en el próximo referéndum de la reforma constitucional, en la que Renzi se juega su futuro político.

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El hecho de que la ley haya sido promovida por un primer ministro que gobierna en minoría y se declara católico practicante da cuenta de la valentía política de Renzi. Para asegurarse la victoria, no ha dudado en vincular la votación de la ley a una moción de confianza, que ha ganado ampliamente por 369 votos contra 193. Se trata de un recurso que ya ha utilizado en 22 ocasiones para sacar adelante, ley a ley, un proyecto reformista que pocos creían que pudiera llegar a aprobar.

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Aunque la ley italiana es menos ambiciosa que la que se aprobó en España en 2005 —no equipara las uniones entre personas del mismo sexo al matrimonio heterosexual ni permite a la pareja adoptar— supone un salto en materia de derechos civiles. La convocatoria de un referéndum revocatorio con la que amenazan los partidos de la oposición tiene escasas posibilidades de prosperar.

Junto a este avance en Italia hay que celebrar un proyecto legislativo anunciado por el Gobierno alemán para reparar la persecución sufrida por unos 50.000 homosexuales bajo una ley que castigaba con penas de hasta seis años de cárcel mantener relaciones con personas del mismo sexo. La norma estuvo vigente entre 1949 y 1969 pero sus efectos se prolongaron hasta 1994. Además de eliminar los antecedentes, el Gobierno prevé conceder indemnizaciones a los condenados.

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