La comunidad gay lucha por sus derechos en Túnez

El Gobierno legaliza una asociación que quiere abolir una severa ley contra los homosexuales

El Gobierno legaliza una asociación que quiere abolir una severa ley contra los homosexuales

Túnez es tal vez el país al que más temen los yihadistas. Tiene solo diez millones de habitantes, pero cuenta con una gran trayectoria de vanguardia dentro de la tradición musulmana. La poligamia fue prohibida en 1957 y el aborto se legalizó en 1964. Ahí nació la primavera árabe el 17 de diciembre de 2010, y se instauró al año siguiente un modelo de transición democrática único en el mundo musulmán.

Por eso, el 18 de marzo varios miembros del Estado Islámico mataron a 20 turistas en un at...

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El Gobierno legaliza una asociación que quiere abolir una severa ley contra los homosexuales

Túnez es tal vez el país al que más temen los yihadistas. Tiene solo diez millones de habitantes, pero cuenta con una gran trayectoria de vanguardia dentro de la tradición musulmana. La poligamia fue prohibida en 1957 y el aborto se legalizó en 1964. Ahí nació la primavera árabe el 17 de diciembre de 2010, y se instauró al año siguiente un modelo de transición democrática único en el mundo musulmán.

Por eso, el 18 de marzo varios miembros del Estado Islámico mataron a 20 turistas en un atentado contra el Parlamento tunecino y el Museo Nacional del Bardo. Pero la transición continúa su senda pacífica.

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Ahora, la comunidad gay tunecina lucha por abolir el artículo 230 del Código Penal, que data de 1913 y contempla penas de hasta tres años de cárcel para quien practique la “sodomía”.

El 18 de mayo, la asociación Shams (Sol, en árabe) Por la Despenalización de la Homosexualidad en Túnez, que cuenta con 34.700 seguidores en Facebook, consiguió ser legalizada. Las críticas que recibió el Gobierno fueron de tal calibre que tuvo que emitir un comunicado donde afirma que Shams no promueve la homosexualidad y solo defiende a las “minorías sexuales”.

El periódico Essabah definió la homosexualidad como “una patología y una aberración” y se preguntaba el 23 de mayo: “¿Cuál es la utilidad de esta clase de asociaciones para los tunecinos?”. Y añadía que tal vez esta iniciativa podría servir a los “movimientos extremistas” para estrechar el cerco sobre los tunecinos, bajo el pretexto de la “depravación” y la “disolución de las costumbres”.

Varios activistas de Shams han recibido amenazas de muerte. Pero ellos no se amilanan y han lanzado una campaña en Facebook “contra la violencia social y política” y en “solidaridad con las personas homosexuales de Túnez”. Este miércoles ya habían recogido más de mil firmas.

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