Cartas al director

La Administración y el Patrimonio

 Entre Castilleja de Guzmán y Valencina se encuentra uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Europa, según expertos de las Universidades de Sevilla, Huelva y varias británicas y alemanas que estudian el enclave. Su importancia es creciente a medida que avanzan las investigaciones. Pues bien, la construcción de un carril bici entre estas poblaciones, al parecer debido a errores de planificación, ha puesto al descubierto varios dólmenes de gran importancia.

Las Administraciones implicadas —Ayuntamientos, Diputación y Consejería de Cultura—, lejos de poner los medios para l...

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 Entre Castilleja de Guzmán y Valencina se encuentra uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Europa, según expertos de las Universidades de Sevilla, Huelva y varias británicas y alemanas que estudian el enclave. Su importancia es creciente a medida que avanzan las investigaciones. Pues bien, la construcción de un carril bici entre estas poblaciones, al parecer debido a errores de planificación, ha puesto al descubierto varios dólmenes de gran importancia.

Las Administraciones implicadas —Ayuntamientos, Diputación y Consejería de Cultura—, lejos de poner los medios para la correcta excavación y estudio de estos hallazgos, se están apresurando en taparlos, lo que los expone a deterioros y muy probable destrucción, según los arqueólogos. La Consejería de Cultura, responsable de la protección de este patrimonio, en un alarde de opacidad y oscurantismo, se niega a dar información a los ciudadanos y mira a otro lado haciéndose cómplice de la posible devastación. Tras cuatro años del proyecto del carril dormido por los despachos, los trabajos se están realizando a uña de caballo, a base de horas extraordinarias, sábados y festivos, ante la inmediatez de las elecciones y las correspondientes inauguraciones. Pido al alcalde de Valencina que ponga sensatez y paralice las obras del tramo crítico donde han aparecido los dólmenes, que no altera al carril en su conjunto, y evite la destrucción irreversible de estos legados.— Juan José Alarcón Bocanegra.

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