Cartas al director

El flamenco, por fin, en el DRAE

Creo que todos los españoles en general, y los andaluces en particular, debemos felicitarnos porque la 23ª edición del Diccionario de la RAE haya acogido correctamente numerosos términos del lenguaje flamenco. Por fin, la prodigiosa música andaluza figura con numerosos artículos que antes no estaban, como toná, bamberas, cantiña, caracoles, fandango, mirabrás, marianas, soleá, taranto o trilleras. Se han corregido definiciones peregrinas con las que aparecían otros palos, como la bulería (antes “cante popular que se acompaña con palmoteo”); se reconocen las variantes flamencas de garr...

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Creo que todos los españoles en general, y los andaluces en particular, debemos felicitarnos porque la 23ª edición del Diccionario de la RAE haya acogido correctamente numerosos términos del lenguaje flamenco. Por fin, la prodigiosa música andaluza figura con numerosos artículos que antes no estaban, como toná, bamberas, cantiña, caracoles, fandango, mirabrás, marianas, soleá, taranto o trilleras. Se han corregido definiciones peregrinas con las que aparecían otros palos, como la bulería (antes “cante popular que se acompaña con palmoteo”); se reconocen las variantes flamencas de garrotín, vidalita, tango, milonga, rumba (aunque de esta se echa de menos alguna alusión a su decisivo entronque catalán, ahora que tanta falta hacen los puentes entre Cataluña y el resto de España); también se recogen otros cantes con su fonética andaluza, como seguiriya, granaína o alboreá. Faltan todavía algunos palos y habrá que matizar algunas acepciones en el futuro, pero, en general, es de reconocer que la Academia se ha enmendado y ha prestado oídos a quienes llevamos años reclamando una seria atención al flamenco en el diccionario de todos. Enhorabuena y gracias.— Antonio Rodríguez Almodóvar.

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