Cartas al director

Tarjetas de pago, políticos y ejecutivos

Hemos visto con preocupación durante las pasadas semanas todo lo acontecido en relación con un caso de uso inadecuado y de falta de sistemas de control de las tarjetas de empresa. Desde Visa Europe queremos abogar a favor de la utilización de tarjetas de pago por parte de empresas, Administraciones públicas e instituciones, cuya transparencia se ha puesto en duda, dando una imagen de esta herramienta que nada tiene que ver con el fin para el que está diseñada. Creo necesario resaltar que este escándalo no se ha producido por culpa de las tarjetas, sino que se ha descubierto precisamente gracia...

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Hemos visto con preocupación durante las pasadas semanas todo lo acontecido en relación con un caso de uso inadecuado y de falta de sistemas de control de las tarjetas de empresa. Desde Visa Europe queremos abogar a favor de la utilización de tarjetas de pago por parte de empresas, Administraciones públicas e instituciones, cuya transparencia se ha puesto en duda, dando una imagen de esta herramienta que nada tiene que ver con el fin para el que está diseñada. Creo necesario resaltar que este escándalo no se ha producido por culpa de las tarjetas, sino que se ha descubierto precisamente gracias a ellas. Las tarjetas de empresa sirven, precisamente, para que las empresas, Administraciones públicas o instituciones que las ponen en manos de sus directivos, empleados, técnicos o representantes públicos tengan una garantía total de transparencia de los gastos y puedan ejercer un control eficiente y detallado. Tanto las tarjetas de empresa como las que se utilizan en instituciones o Administraciones públicas permiten limitar el gasto en cuanto a su cuantía total por diferentes periodos de tiempo, pero también en lo que se refiere al tipo de gasto, e incluso a los comercios en los que pueden utilizarse. Como han demostrado estudios recientes, el uso de sistemas de pago electrónicos ayuda a crear riqueza y a reducir el lastre de la economía sumergida, que en la actualidad equivale aproximadamente a un 20% del PIB, más de 200.000 millones de euros. Actuemos contra la falta de ética y las malas prácticas, pero no estigmaticemos una herramienta que precisamente permite lo que se demanda en la calle, un control eficaz.— Nicolas Huss, consejero delegado de Visa Europe.

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