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Árboles alimento en la cuenca del Congo

La gestión sostenible de la madera de los bosques ha revitalizado Ngombe, una localidad de 8.000 habitantes

Audrey Mampouya Louaza tiene un importante trabajo: dirige la biblioteca en el campamento de trabajadores de Ngombe, oculto en los bosques tropicales de la cuenca del Congo. Audrey trabajaba en el departamento de recursos humanos de IFO antes de que se le solicitara administrar esta biblioteca, hace dos años. En la actualidad, dispone de más de 8.000 libros y un banco de ordenadores que fueron donados por una asociación formada por maestros franceses jubilados.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
Un enorme cartel en la entrada del aserradero de Ngombe da cuenta del número de accidentes laborales. IFO recibió la certificación de FSC en 2009, es decir: la ONG que trabaja por el manejo sostenible de los bosques garantizó que en esta región se trabaja de acuerdo a unos criterios de respeto al medio ambiente y a los derechos de los trabajadores.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
De los 8.000 habitantes de Ngombe, unos 900 trabajan en el aserradero. Otros trabajan en negocios secundarios, como los proveedores de la industria alimentaria.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
Jean-Noël formó parte de Danzer, la empresa subsidiaria de IFO, durante 32 años. Los empleados le llaman "el embajador" de los trabajadores migrantes de la República Democrática del Congo porque cuando se unió a la empresa, hace 14 años, vivía con otros 15 trabajadores inmigrantes. Ahora vive en una cómoda casa que el mismo construyó. En la imagen, Jean-Noël pasea por el aserradero con un compañero.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
Las perspectivas de Pokola han mejorado desde que los productos de la compañía empresa Congolaise industrielle du bois (CIB) -alrededor de la cual la ciudad se ha desarrollado- han obtenido el sello de la certificación de FSC. En la imagen, unos operarios revisan la mercancía ya empaquetada y con la etiqueta grabada en la CIB, que ha conseguido certificar 1,4 millones de hectáreas en la cuenca del Congo.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
Un operario trabaja la madera en el aserradero de Ngombe.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
La gestión forestal sostenible ha contribuido con el aprovisionamiento de instalaciones en Pokola, incluido un hospital gracias al apoyo de la empresa CIB, una escuela y una estación de policía. En la imagen, un doctor pasa consulta en el centro médico de la localidad.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
El acceso al hospital y la escuela pigmea han cambiado la vida de los niños alrededor de Pokola. La escuela pigmea respeta el ritmo de las cosechas en el bosque, algo esencial para este pueblo, y la CIB paga directamente el material escolar de los niños.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
Una familia de Ngombe en el interior de su vivienda.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
Madeleine Azoussi Moungabio continuó con la orgullosa tradición familiar de mujeres que desempeñan "trabajos de hombre". Se convirtió en mecánica con 20 años, pero dejó de trabajar cuando se casó para satisfacer los deseos de su esposo. Este falleció hace algunos años, así que ella ha vuelto a trabajar para mantener a sus dos hijos. Ahora es mecánica de nuevo.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
La radio comunitaria o una cadena de televisión local son otras instalaciones con las que Pokola se ha modernizado. Biso na Biso es el nombre de la radio, y en sus programas participan los habitantes de las comunidades pigmeas que viven alrededor de Pokola.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
La radio representa una puerta esencial hacia el conocimiento y la información para los que viven alrededor de Pokola, ya que esta es una región donde muchas personas nunca han tenido acceso a libros o a internet. Unas radios portátiles son distribuidas a las comunidades de los alrededores para que así puedan seguir la información. Dos miembros de la comunidad pigmea de Sembola -en la imagen- forman también parte del equipo de la radio.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)
El río Sangha, a su paso por Ngombe.JEAN-BAPTISTE LOPEZ (FSC)