Opinión

Las raíces vigorosas

La economía de la zona euros pierde impulso; de hecho ya está en punto muerto

Cómo pensar que el estancamiento de la economía de la zona euro no afectará a la española. El gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, lo llevaba advirtiendo desde el verano, antes de que lo corroborasen el Fondo Monetario Internacional o las estadísticas oficiales alemanas: esto pierde impulso; de hecho ya está en punto muerto.

La economía parece a veces una ciencia irracional. Fallan una y otra vez las políticas que se van recetando (mientras funcionan otras, alternativas, en lugares diferentes del planeta) sin que se haga ningún intento serio por rectificar los error...

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Cómo pensar que el estancamiento de la economía de la zona euro no afectará a la española. El gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, lo llevaba advirtiendo desde el verano, antes de que lo corroborasen el Fondo Monetario Internacional o las estadísticas oficiales alemanas: esto pierde impulso; de hecho ya está en punto muerto.

La economía parece a veces una ciencia irracional. Fallan una y otra vez las políticas que se van recetando (mientras funcionan otras, alternativas, en lugares diferentes del planeta) sin que se haga ningún intento serio por rectificar los errores que han llevado la coyuntura al desastre. Tal vez, algunas tímidas autocríticas en voz alta sin consecuencias prácticas (como las de Luís de Guindos, de vez en cuando). Por ejemplo, pasa el tiempo, las semanas, los meses, los años , sin que se active la cadena de transmisión de la política monetaria del BCE (sea la rebaja de los tipos de interés, los impuestos a los depósitos que los bancos dejan en la ventanilla de Francfort en vez de prestarlos, la compra de activos privados,...) y continúa sin llegar el crédito de las entidades financieras a las empresas y a los hogares. Ni siquiera levantan debate ya, por aburrimiento, las razones por las cuales los bancos privados no cumplen la función por la que fueron creados.

Pasa el tiempo sin que funcione la transmisión de la política monetaria: sigue sin haber crédito
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Con este escenario de frenazo de la economía resulta aún más difícil respaldar las hipótesis presentadas por el Gobierno en el cuadro macroeconómico de éste y el próximo año, y en los Presupuestos Generales del Estado. Uno de los riesgos principales es equivocarse en la previsión de los ingresos públicos, toda vez que su crecimiento está basado, sobre todo, en una recuperación económica más robusta. Sólo se entiende este voluntarismo teniendo en cuenta que 2015 será año electoral.

¿Se mantendrán las raíces vigorosas del crecimiento de las que habló Mariano Rajoy, o se están estropeando de nuevo las cosas? Los países europeos, entre ellos España, se enfrentan a un conjunto de riesgos difíciles de conjugar al mismo tiempo: el estancamiento secular (concepto puesto en circulación por Larry Summers); la desinflación (precios bajos) o incluso la deflación (caída de precios), el gigantesco endeudamiento público y privado (con certezas cada vez más abundantes de la necesidad de unas quitas de las que nadie quiere oir hablar), la baja rentabilidad, y también aspectos estructurales como una baja demografía y el envejecimiento continuo de su población en un momento de dificultades crecientes de los movimientos migratorios.

El convencimiento cada vez más generalizado de que se necesitan prioritariamente políticas de incremento de la demanda para salir del impasse general, choca con la resistencia de los halcones, que no quieren rectificaciones de ningún tipo. Aunque el statu quo conlleve también la lentitud de la locomotora de Europa: Alemania.

Antes morir que rectificar.

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