Cartas al director

La Formación ocupacional

En su editorial del 28 de abril EL PAÍS propone reformar a fondo el sistema de formación en el que tantos casos de corrupción se han producido.

Desde mi personal punto de vista como técnico de la Generalitat de Catalunya desde el inicio del actual sistema, que ha permanecido con nosotros en parte gracias a los fondos provenientes de la Unión Europea, me permito calificar el sistema generado como clientelar, falto de controles y, sobre todo, déspota con los beneficiarios, con aquellos desempleados necesitados de mejorar sus aptitudes para reincorporarse al mercado laboral.

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En su editorial del 28 de abril EL PAÍS propone reformar a fondo el sistema de formación en el que tantos casos de corrupción se han producido.

Desde mi personal punto de vista como técnico de la Generalitat de Catalunya desde el inicio del actual sistema, que ha permanecido con nosotros en parte gracias a los fondos provenientes de la Unión Europea, me permito calificar el sistema generado como clientelar, falto de controles y, sobre todo, déspota con los beneficiarios, con aquellos desempleados necesitados de mejorar sus aptitudes para reincorporarse al mercado laboral.

Clientelar, pues los fondos disponibles se han distribuido a entidades (con y sin ánimo de lucro) que han convertido estos fondos en formas espurias de financiación propia.

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Falto de controles porque la justificación de la realización de los objetivos conseguidos se han basado en la documentación (fácilmente manipulable) que entregaban las mismas entidades que han hecho de la gestión de esos fondos un negocio.

Tras la negativa experiencia de este sistema hay que conformar uno nuevo que nazca de las expectativas de mejora curricular del propio desempleado. La Administración a su vez, en lugar de facilitar la financiación a las entidades y empresas “amigas” debería dedicarse a certificar la calidad de los centros que ofrecen dicha formación, que sería elegida por el principal agente del sistema: el propio desempleado.— José Luis Herrán Sánchez.

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