El objetivo final
Desde mi escepticismo inicial hasta mi entusiasmo actual, tras comprobar los aprendizajes conseguidos en cursos cien por cien virtuales, me gustaría felicitarles por el artículo La escuela, en el laberinto tecnológico (El País Semanal del 24 de noviembre) y recordar a los lectores, educadores formales o informales (padres y madres incluidos), que es fundamental tener presente que nuestro objetivo (nuestro fin) es que el alumnado (hijos incluidos) aprenda, y que “lo demás” (vídeos, plataformas virtuales, pizarras digitales, cañones y retroproyectores, juegos…) son medios, sola...
Desde mi escepticismo inicial hasta mi entusiasmo actual, tras comprobar los aprendizajes conseguidos en cursos cien por cien virtuales, me gustaría felicitarles por el artículo La escuela, en el laberinto tecnológico (El País Semanal del 24 de noviembre) y recordar a los lectores, educadores formales o informales (padres y madres incluidos), que es fundamental tener presente que nuestro objetivo (nuestro fin) es que el alumnado (hijos incluidos) aprenda, y que “lo demás” (vídeos, plataformas virtuales, pizarras digitales, cañones y retroproyectores, juegos…) son medios, solamente medios, para conseguirlo. A veces, instrumentos o técnicas muy vistosas nos hacen perder de vista nuestro innegociable objetivo final: facilitar el aprendizaje, sea en la enseñanza presencial, en la virtual o en la híbrida. Quizá el haber pasado buena parte de mi infancia en un colegio público que usaba el sistema Montessori me ha marcado, afortunadamente, para siempre.