Cartas al director

España en carro

No seré yo quien descubra ni ponga en duda a estas alturas el talento y el buen hacer de Juan José Millás como ­columnista. Desde hace tiempo nos deleita con su personal, particular e increíblemente acertada visión de diversas fotografías en su espacio de La Imagen en El País Semanal.

Cuando recientemente hizo una crítica de lo más acertada en torno al significado en nuestro país de la palabra ­“inauguración” quedé prendado de sus reflexiones. Es precisamente de esa imagen de lo que quería hablarle al señor Millás; y es que, a pesar de sus acertados comentarios en el texto que ...

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No seré yo quien descubra ni ponga en duda a estas alturas el talento y el buen hacer de Juan José Millás como ­columnista. Desde hace tiempo nos deleita con su personal, particular e increíblemente acertada visión de diversas fotografías en su espacio de La Imagen en El País Semanal.

Cuando recientemente hizo una crítica de lo más acertada en torno al significado en nuestro país de la palabra ­“inauguración” quedé prendado de sus reflexiones. Es precisamente de esa imagen de lo que quería hablarle al señor Millás; y es que, a pesar de sus acertados comentarios en el texto que la acompañaba, cuando acabé de leerlos eché en falta alguna mención referida a lo que aquellos ri­dículos 14 políticos se afanaban en tapar con sus ansias de protagonismo en la fotografía.

Me pareció de lo más extraño que no nos hiciese notar la inquietante presencia del carro que la adornaba y que apenas pasaba desapercibido en la instantánea. Puede que los políticos de la foto, sumidos en la ambición de destacar, pretendan hacernos volver a los tiempos en que ese carro era el mejor medio de locomoción.

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