Cartas al director

Privacidad

Mark Zuckerberg acaba de comprar las cuatro casas adyacentes a la suya para tener más privacidad. ¿Soy la única a la que le parece irónico que el creador de Facebook quiera privacidad?

Hace años la privacidad era un bien muy preciado, todos soñábamos con ser ricos “pero no famoso, que eso de los paparazis a mí no me va”.

Ahora, gracias a Mark (sí, yo le tuteo porque ya es como de la familia) ese recelo a compartir información personal ha desaparecido, del todo. Tengo mi mejor foto como foto de perfil; mi mejor momento de las vacaciones como foto de portada; Instagram compartido e...

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Mark Zuckerberg acaba de comprar las cuatro casas adyacentes a la suya para tener más privacidad. ¿Soy la única a la que le parece irónico que el creador de Facebook quiera privacidad?

Hace años la privacidad era un bien muy preciado, todos soñábamos con ser ricos “pero no famoso, que eso de los paparazis a mí no me va”.

Ahora, gracias a Mark (sí, yo le tuteo porque ya es como de la familia) ese recelo a compartir información personal ha desaparecido, del todo. Tengo mi mejor foto como foto de perfil; mi mejor momento de las vacaciones como foto de portada; Instagram compartido en Facebook, del #instamoment más romántico con mi novio y... ¡papam! ¿Ahora viene Mark y me dice que la privacidad es importante? ¿Qué hago? Porque yo presupuesto para comprar cuatro casas no tengo. Me tendré que conformar con la “privacidad” de los plebeyos. ¿Quién puede ver mis publicaciones? Solo amigos.— Yaiza Díaz Vidal.

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