Cartas al director

Mi presupuesto ni tocarlo

Los recortes en los gastos de la Administración es un dato tan objetivo como el frío en invierno o el calor en verano. Desde el punto y hora en que España necesita acudir a los mercados financieros para pagar nóminas, inversiones, consumos o pensiones, son los prestamistas los que deciden en función de tus presupuestos si te siguen prestando y a qué precio. Por tanto, queda tan solo al aparato administrativo, desde Rajoy o Mas hasta el último de los alcaldes, la opción de la distribución de esos recortes de gasto.

Por eso es sorprendente ver a rectores de universidades públicas rechazar...

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Los recortes en los gastos de la Administración es un dato tan objetivo como el frío en invierno o el calor en verano. Desde el punto y hora en que España necesita acudir a los mercados financieros para pagar nóminas, inversiones, consumos o pensiones, son los prestamistas los que deciden en función de tus presupuestos si te siguen prestando y a qué precio. Por tanto, queda tan solo al aparato administrativo, desde Rajoy o Mas hasta el último de los alcaldes, la opción de la distribución de esos recortes de gasto.

Por eso es sorprendente ver a rectores de universidades públicas rechazar recortes en sus presupuestos sin dimitir simultáneamente pues, a menos que obren milagros, el dinero con que contarán será el que la Administración les destine. Y es sorprendente que nuestras Administraciones, pobladas de expertos en todas las materias en exigentes oposiciones, no hayan sido las primeras en ofrecer al Estado una panoplia de planes de contracción de sus gastos en función de sus propios objetivos y prioridades. No, se han limitado a esperar que el Estado les asigne los recortes, sin duda esperando verse favorecidas por la fortuna, su capacidad de presión o la opacidad de sus cuentas. Todo se resuelve diciendo que a mí no me toquen mi presupuesto. De seguirse en la empresa privada este comportamiento, el despido inmediato de los directores de los distintos departamentos sería inevitable.— Juan Carlos Antón.

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