La pandemia da la puntilla a las carreras de turismo y hostelería: el 40% de las plazas quedan desiertas
Los decanos preparan un cambio en el plan de estudios de unos grados arcaicos que están en caída libre y que se enfocan solo a la atención al cliente
La pandemia, que golpeó con especial fuerza al sector del turismo, ha dado la puntilla a las carreras de turismo y hostelería, pese a ser el principal motor económico del país. El curso pasado había matriculados 5.800 estudiantes menos que en 2015 (de 26.500 a 20.700) en este ámbito ―la mayoría, 18.000, estudian Turismo, pero también se ofertan grados muy minoritarios como Gestión Hotelera o Dirección Hotelera―. Y la brecha va a crecer más, porque sigue cayendo el número de matriculados en primero.
La tasa de ocupación ―número de plazas ocupadas del total ofertado en los cuatro años de ...
La pandemia, que golpeó con especial fuerza al sector del turismo, ha dado la puntilla a las carreras de turismo y hostelería, pese a ser el principal motor económico del país. El curso pasado había matriculados 5.800 estudiantes menos que en 2015 (de 26.500 a 20.700) en este ámbito ―la mayoría, 18.000, estudian Turismo, pero también se ofertan grados muy minoritarios como Gestión Hotelera o Dirección Hotelera―. Y la brecha va a crecer más, porque sigue cayendo el número de matriculados en primero.
La tasa de ocupación ―número de plazas ocupadas del total ofertado en los cuatro años de carrera― en los grados relacionados con este ámbito, según datos del Ministerio de Universidades, fue del 42,2% en el curso 2021-2022, cuando en 2015 quedaron libres el 20%. Es decir, la caída no es nueva, pero sí muy acentuada. Ningún ámbito de conocimiento en España tiene tal brecha; le siguen las ingenierías relacionadas con la agricultura, la ganadería y la pesca ―un 29,4% de plazas desiertas― pese a tener un enorme tirón laboral que, además, irá a más por las necesidades del mercado.
La oferta ha mostrado rigidez y poca adaptabilidad a los cambios
“En turismo y hostelería ha habido un descenso de más de 20 puntos en estos últimos cinco cursos, derivado de un decrecimiento de más del 25% en los matriculados respecto a 2016-2017 y, en cambio, un aumento del 1% en las plazas ofertadas”, se explica en el último informe anual de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, promovida por grandes empresas españolas. “La oferta ha mostrado rigidez y poca adaptabilidad a los cambios acaecidos en las preferencias y demanda del alumnado potencial universitario, dado que la caída en esta demanda se ha producido de manera más acelerada en tiempo de pandemia (caída de los preinscritos en primera opción del 30%, si se compara 2021-2022 con 2019-2020), y la oferta no ha podido responder con la suficiente celeridad”, prosigue el texto. De los 46 centros públicos en los que se puede cursar, solo en 10 piden más de un cinco (la nota mínima).
Antonio Guevara, decano de Turismo de la Universidad de Málaga, reconoce la necesidad de cambios: “Estamos en un proceso de modificación del título de Turismo que vamos a refrendar el 3 de febrero en Málaga. Tiene que adaptarse a las nuevas demandas del mercado, porque se han quedado obsoletos en estos 12 años”. Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles (CEHAT), abunda en la idea: “Los planes de estudio se tienen que transformar. Es una industria cambiante, que se reinventa todos los días, y los perfiles y las capacidades no son los que se necesitaban hace 20 años. Por ejemplo, la digitalización”. Pero precisa: “No solo hay que modernizar los planes, sino que haya continuación. Tal y como va la tecnología y el acceso a los temas digitales, hay que ir adaptándose. Se echa de menos la formación dual, que da muchos éxitos en Alemania, en este tipo de carreras profesionalizantes”.
Rubén Arnandis-i-Agramunt, responsable del grado de Turismo en la Universidad de Valencia, es muy crítico: “El problema es que se arrastran planes de estudio de hace décadas. Se piensa en la atención al cliente ―agencias de viaje, recepcionistas, guías turísticos...― y no en todo lo que hay detrás de gestión pública, consultoría o las agencias online. No se está dando respuesta”. Por ejemplo, en los apartamentos turísticos desde la pandemia no hay recepción presencial, sino a distancia, y es necesario almacenar y analizar muchos datos para mejorar la atención al cliente.
La Universidad de Valencia tuvo el pasado curso unos alumnos brillantes, con una nota de acceso a Turismo por encima del 8, y aun así no llenaron todas las plazas. Su responsable piensa que su mayor “éxito” radica en que sus estudios están reconocidos por la Organización Mundial del Turismo (OMT). También, Valencia es una ciudad muy atractiva y el grado cuenta con una especialidad de turismo urbano que tiene tirón.
Alumnos de tercero y cuarto pasaron “miedo” durante lo peor de la pandemia de no encontrar luego empleo
La conferencia de decanos de Turismo, en la que están representadas 42 universidades, nació el pasado año, cuando tocaron fondo, y tiene mucho trabajo por delante. “Se han creado tres comisiones en la conferencia: una que está modificado el título y adaptándolo a las necesidades actuales, otra que está diseñando el catálogo de perfiles laborales y una comisión de comunicación para que se conozca la profesión”, enumera Guevara, que ve en el catálogo un problema de peso que disuade a los potenciales estudiantes: “Se da información falsa. Hay un informe de la Airef [Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal de España] en el que se afirma que los alumnos que salen de Turismo no encuentran trabajo de su cualificación. Pero en realidad, lo que ocurre es que no están en sus categorías profesionales”. Las de Formación Profesional ya existen, pero no las de los graduados.
Guevara pone un ejemplo: “Un director de revenue de un hotel [encargado de optimizar el negocio] está dado de alta como auxiliar administrativo. En Formación Profesional solo están las categorías de hostelería ―cocinero, camero, jefe de sala...―, pero no de turismo”. Por eso la conferencia está en conversaciones con el Ministerio de Trabajo y con la Mesa de Turismo para que se establezcan categorías. “En un hotel tenemos el recepcionista, el jefe de recepción y el director, y el resto de puestos pueden estar afiliados a la Seguridad Social en otro epígrafe”.
Marichal, de CEHAT, confirma la necesidad de titulados: “A principios de la temporada turística del verano de 2022 se vio la necesidad de contar con gente formada en el sector hotelero. Pero es un problema de todos los sectores profesionales en España, no solo el nuestro. En la construcción también se están escuchando cosas en este sentido”. En 2021, el sector turístico generó 97.126 millones de euros (un 8% del Producto Interior Bruto) y 2,27 millones de empleos (11,4% del total), la mayoría puestos poco cualificados.
Guevara, que es también presidente de la conferencia de decanos, sostiene ―como el informe de la Fundación CYD― que el parón por la covid ha hecho mella: “Con la pandemia hay gente que ha visto cómo el sector turístico se venía abajo y le desincentivó. Y eso unido a la sobreoferta que existe...”. Arnandis-i-Agramunt recuerda cómo sus alumnos de tercero y cuarto pasaron “miedo” durante lo peor de la pandemia de no encontrar luego empleo. No ha sido así.
La primera escuela de comercio se abrió en 1957 en Madrid y hasta 1997 los estudios de turismo no formaron parte del sistema universitario, dependían del Ministerio de Información que creó Manuel Fraga y se otorgaba un título profesionalizante. Cuando ese año se creó la diplomatura de tres años, muchas universidades adscribieron centros privados a su red, y en 2010 ―con el Plan Bolonia― se convirtió en un grado de cuatro años. “Hay universidades que tienen los estudios de Turismo adscritos a la facultad de Economía o de Relaciones Laborales ―incluso a Montes― y eso ha hecho que quizás no tengan la formación adecuada que deberían de tener”, sostiene Guevara.
El presidente de los decanos es partidario de cerrar grados: “Si en un lugar determinado no hay demanda para tener una titulación, no hay que mantenerla, pero es algo muy duro porque afecta a un montón de personas. Esto es consecuencia de haber sobredimensionado determinadas titulaciones”. Tampoco ha ayudado el “intrusismo” de otras carreras. Muchos directores de hotel han estudiado Derecho o Económicas.
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