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Los técnicos en radiodiagnóstico reclaman una formación universitaria: “Somos una anomalía en Europa”

En España los estudios se hacen en FP, el 85% en centros privados y con cursos ‘on line’, cuando en la mayoría de países de la UE están en la universidad. Los profesionales alertan de los riesgos por la baja calidad de la enseñanza

En el sistema de salud no hay prácticamente ninguna enfermedad que no requiera de una imagen médica para su diagnóstico y monitorización. Los estudios de radiodiagnóstico, medicina nuclear, imagen molecular o el uso de radioterapia para el tratamiento del cáncer se realizan en España por técnicos superiores para diagnóstico y medicina nuclear y por técnicos superiores en radioterapia y dosimetría clínica ―denominados radiographers―, cuya formación está circunscrita a la Formación Profesional de Grado Superior, cuando en Europa la mayoría de países exigen un grado universitario. La Plataforma Estatal por el Grado en Imagen Médica y Radioterapia lleva desde 2021 ―cuando se constituyó para canalizar el malestar y las reivindicaciones que durante dos décadas llevaba lanzando el sector― luchando para que su titulación alcance el mayor rango educativo, una reclamación que cuenta con el aval de todas las sociedades científicas, universidades públicas y de estudios de investigación, que está un poco más cerca de hacerse realidad gracias a una moción presentada por Junts en el Senado, al que este miércoles acudirán representantes de la plataforma para convencer a sus señorías de la importancia de aprobar una ley al respecto.

“El hecho de reclamar el grado universitario es por una cuestión de interés público, por la salud pública, por la seguridad y la protección de los pacientes y por la calidad asistencial. Todo esto justifica y fundamenta la necesidad de un alto nivel de formación”, explica Jacinto Estarriaga, técnico jubilado, expresidente de la Asociación Española de Técnicos en Radiología y uno de los miembros independientes de la Plataforma que el miércoles intervendrá en el Senado. Este profesional alude a la Directiva Euratom, de 2013, que exige a los Estados miembros un alto nivel de formación para los profesionales que utilizan radiaciones ionizantes y que cita expresamente a los técnicos de radiología. La UE exige el European Qualification Framework (EQF) 6, es decir, un grado universitario, mientras que en España el nivel es el EQF5.

Que esta enseñanza se imparta como un grado superior de FP implica muchas menos horas de enseñanza ―dos años frente a los tres o cuatro de un grado universitario―, tanto teórica como práctica y la imposibilidad de poder complementar la formación con másteres, posgrados y doctorados. Esa diferencia en el tipo de formación supone, además, una barrera para que los profesionales que se titulan en las escuelas españolas ―donde hay un alto volumen de demanda y un déficit de oferta laboral― puedan trabajar en otros países de la UE, donde hay escasez de técnicos, porque no se le reconocen los estudios. “Es imposible ir a Francia, porque tendríamos que hacer un período de prácticas de seis meses, en otros países se exige formación compensatoria, lo que supone una discriminación porque no podemos ejercer el derecho a la libre circulación”, puntualiza Juanjo Gambarte, técnico de rayos de Pamplona, que forma parte de la plataforma como independiente, y que también intervendrá el miércoles en el Senado.

La deficiencia formativa de cursar los estudios como una FP y no como un grado universitario implica, además, una falta de adaptación del marco curricular a los constantes avances científicos y tecnológicos del sector y tiene como consecuencia que muchas materias esenciales se impartan por perfiles que no son específicos. “En ocasiones un biólogo está enseñando radioprotección o a un farmacéutico le toca explicar la resonancia magnética. Es imposible que esos profesionales sean capaces de dar una formación adecuada”, indica Javier Guerrero, técnico de rayos del Hospital Costa del Sol de Málaga y también miembro de la plataforma.

Proliferación de escuelas y de titulados en paro

Guerrero llama la atención sobre otra de las principales derivadas que implica que la enseñanza esté en manos de la FP: un sistema hipertrofiado, con una proliferación desmedida de centros formativos, la mayoría de carácter privado ―en donde estudian el 85,6% del total de alumnos― y que, cada vez más, se están especializando en los ciclos a distancia. “Otra anomalía en toda Europa, donde ninguna formación es online”, advierte Estarriaga. De acuerdo con los datos que barajan, una de cada siete escuelas imparte ciclos en la modalidad a distancia.

La Plataforma ha analizado esa desproporción de número de centros. Mientras en Francia, donde la formación es universitaria, solo hay 57 escuelas, en todo el territorio español, 443 centros imparten alguno de los dos grados de radiographer. De ellos, 154 se concentran en Andalucía (donde más hay), mientras que en Navarra o La Rioja solo hay dos. “Son las comunidades autónomas las que autorizan la apertura y en estos datos observamos una falta de equidad”, advierte Gambarte.

El crecimiento desmesurado de centros viene acompañado de un “boom de alumnos matriculados”, advierte David Llopis, responsable de la Asociación Catalana de Técnicos Especialistas en Diagnóstico por Imagen (ACTEDI), que forma parte de la plataforma. Entre 2018 y 2023 el número de radiographers matriculados se incrementó en un 245%, frente al 14,7% de enfermeras. Esto implica una descompensación absoluta entre el número de egresados y la demanda laboral de profesionales. En el curso pasado pudieron titularse 14.035 técnicos ―si todos hubieran terminado el ciclo―, 14 veces más de los necesarios, lo que da una idea de la tasa de paro, puntualizan desde la Plataforma.

“Hay una falta de control y de inspecciones que garanticen la calidad de la formación”, precisa Llopis, quien llama la atención sobre la dificultad que tanto volumen de alumnos provoca a la hora de realizar las prácticas. “Nos hemos encontrado alumnos que han llegado al hospital sin haber pisado un laboratorio antes”, recalca Guerrero.

Negocio creciente

Desde la Plataforma apuntan al creciente negocio en el que se ha convertido la enseñanza en radiodiagnóstico e imagen para la FP privada y a la presión de otros colectivos de profesionales sanitarios como principales responsables de que su reivindicación para que su formación sea universitaria no haya sido atendida todavía por el Gobierno central.

En los 20 años que llevan reclamando una formación universitaria los técnicos se han encontrado con distintos argumentos por parte de la administración para posponer la creación de un grado universitario. “La más estrambótica, que no hay evidencia científica de que en España haga falta esa formación”, destaca Eva Afayate, vicepresidenta de la Sociedad Española de Graduados y Técnicos en Radiología (Segra).

Se trata de un argumento que ya no tiene peso. Al apoyo de las sociedades médicas se suma un informe de enero de este año de la Comisión Europea que reclama la armonización de los estándares para los técnicos en radiología. La Universidad Pablo de Olavide de Sevilla también ha elaborado un libro blanco donde se demuestra la evidencia científica de que la formación en España deba tener un nivel universitario.

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