Educar para un mundo en el que nada nos sea ajeno
En el Instituto de Almensilla, un grupo de estudiantes y docentes decide investigar las condiciones medioambientales de su centro y entorno más próximo. Un impulso que les sirve para abordar aprendizajes vinculados con sus vidas, esperanzas y aspiraciones, para reimaginar el mundo más allá de los límites de lo que “se da por sentado” desde el “sentido común”
Uno de los alumnos del programa de diversificación curricular que más participa en las actividades del huerto acude a clase cada mañana, animado y con una amplia sonrisa. Sabe que pasará parte de la jornada lectiva trabajando en el huerto con sus compañeros. Su abuelo también tiene un huerto y le ayuda en su cuidado. Montar el huerto del instituto, desde cero, es un aliciente para acudir al centro; algo que meses atrás nos hubiera parecido increíble. Hace unos días se presentó con una bolsa de lechugas, que había comprado con su abuelo, para sembrarlas y que el huerto contara con esta hortaliza. Continuamente lanza ideas sobre cómo cuidarlo en verano; incluso se presta a venir a regarlo. Estos son los comentarios que hace Sergio Recio Gómez, profesor de Geografía e Historia del Instituto Almensilla, en la provincia de Sevilla, al presentar el proyecto “Almensilla sostenible”. Una iniciativa pedagógica que iniciaron en el curso 2023-24.
La observación de Sergio Recio es una muestra más del valor y significado de la labor docente. La tarea profesional que acerca el mundo de la vida de los estudiantes (lo que dan por sentado) al “conocimiento poderoso”, de conceptos disciplinarios sólidos, desafiantes, con los que analizar críticamente el discurso cultural establecido (el llamado “orden natural”, el “sentido común”), trabajar en su transformación y robustecer el bien común.
“Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción”, afirma Paulo Freire, en su pedagogía de la autonomía.
Esta difícil tarea se ha convertido en el centro de interés de un grupo de docentes y estudiantes del instituto público Almensilla. El profesor José Gimeno Sacristán, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Málaga y Medalla Rectoral de la Universidad de Chile, califica como principio de actuación docente para transformar la cultura relevante en aprendizaje significativo: “Considerar la vida cotidiana y los recursos del medio cercano para relacionar la experiencia del sujeto con los aprendizajes escolares sin caer en localismos alicortos”.
Respuesta curricular a una situación de crisis ambiental
El proyecto “Almensilla sostenible” es la respuesta curricular para hacer frente a la creciente crisis ambiental y climática. Toman conciencia de que su centro y entorno sufren la degradación del medio ambiente, la pérdida de biodiversidad y los efectos del cambio climático. Adoptan la decisión de acercar a los estudiantes el conocimiento contrastado sobre el cuidado y conservación del medio ambiente.
Al principio, el profesor Miguel Ángel Calero Torralbo diseña el proyecto para el alumnado de Biología de cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Más tarde se amplía al programa de diversificación curricular (estaban trabajando en la creación y mantenimiento del huerto del instituto) con el profesor Sergio Recio Gómez. Poco después, descubren la importancia de documentar el proceso y deciden invitar a los estudiantes de la materia de Cine y a su profesor Pablo Domínguez-Palacios Carbonero, de la especialidad de Educación Plástica, Visual y Audiovisual. Todo el material audiovisual elaborado ha sido grabado, editado y montado por los estudiantes.
Esta decisión de generar conciencia, acceso al conocimiento medioambiental y de actuación protectora y conservacionista iba a necesitar un tratamiento curricular diferente, transversal y sistémico, además de sustentarse en una tradición pedagógica contrastada. En este caso, utilizan la dilatada práctica pedagógica de la educación ambiental (la LOMLOE considera la educación ambiental un componente fundamental de la formación integral del alumnado). Para su despliegue transversal se valen del currículo del Ámbito Lingüístico y Social de Diversificación Curricular y de las materias de Biología y Cine de 4º de ESO.
Aprendizaje poderoso
El enunciado y propósito del proyecto parecen encomiables, pero su desarrollo era pedagógicamente muy exigente; en consonancia con la tarea de las nuevas generaciones de definir un futuro incierto en un mundo complejo y peligroso. Había que favorecer un aprendizaje de calado, en colaboración e instrumental que procurase nuevas posibilidades de “ser” (construirse como sujetos) y de “aprender” (comprender y transformar).
El proyecto “Almensilla sostenible” asume toda esa exigencia y para ello utiliza la metodología de aprendizaje por proyectos, de trabajo cooperativo en pequeños grupos y en relación directa con el entorno. Gran parte del tiempo trabajan fuera del aula habitual, en escenarios como el huerto escolar y el laboratorio. El método científico es su guía a la hora de definir las hipótesis de trabajo y validarlas. En cuanto al contenido, estaría siempre vinculado a las necesidades de mejora medioambiental del centro y su entorno, detectadas en sucesivos análisis colectivos, sustentados en fuentes documentales.
El proyecto queda estructurado por unas líneas de investigación y de acción. La primera de ellas se centra en trabajar la “adaptación de las plantas a la sequía”. Abordan el estudio del grado de resistencia a la sequía de plantas de ambientes mediterráneos. Ponen en marcha un diseño experimental con plantas de especies diferentes (lavanda y haba) y distintos regímenes de riego. Analizan los datos de crecimiento y supervivencia en función de los diferentes tratamientos y estudian los resultados. Al final, elaboran un informe de conclusiones sobre qué plantas y por qué resisten mejor la sequía en el actual contexto de cambio climático.
La segunda de las líneas se refiere a la “creación y gestión de un huerto escolar y su mejora”. Realizan un estudio sobre la evolución de las técnicas de aprovechamiento del huerto. Lo dividen en cuatro secciones, utilizando en cada una diferentes técnicas de cultivo, analizan y comparan el crecimiento y la productividad de las diferentes técnicas utilizadas (acolchado, compostaje, diversificación de cultivos, control de hierbas competidoras, etc.). Estudian, posteriormente los resultados y proponen técnicas que resultan más productivas y respetuosas con el medio ambiente, como la colocación de un sistema de riego por goteo para los meses más cálidos.
Normalmente trabajan en el huerto dos horas semanales y se organizan en parejas o grupos de tres que van rotando: riego, limpieza de bancales, revisión de las plantas, siembra y recogida de la cosecha.
Participar en actividades aplicadas y comprobar el fruto del trabajo en el huerto les permite valorar las propias capacidades y disfrutar de una sensación de bienestar. Nada como un jardín para redimir al hombre digital, afirma Byung-Chul Han. Para los estudiantes de diversificación curricular, tener éxito en un entorno práctico es especialmente gratificante y motivador. Con el cuidado del huerto, conectan con la agricultura ecológica, las ciencias de la naturaleza y las habilidades de uso cotidiano.
La tercera línea es “ecoauditoría ambiental del centro”. Estudian de la gestión ambiental de su instituto. Llevan a cabo la correspondiente ecoauditoría de ruido, reciclaje, uso de la energía y el agua y la nutrición. Elaboran y aplican encuestas en las que participan estudiantes y profesorado para identificar las mejoras y los lugares de mayor impacto. Posteriormente elaboran el correspondiente informe de gestión ambiental y proponen modificaciones estructurales y funcionales para alcanzar un determinado estatus de gestión ambiental superior.
La cuarta línea la denominan “implantación de carriles bici en el municipio de Almensilla”. Su desarrollo se centra en el diseño de un plan de carriles bici para su localidad, comunicados con los carriles bici de pueblos próximos. Elaboran mapas y planos de las calles, con criterios de mayor o menor tránsito y previsión de uso. Gestionan una entrevista con el Alcalde para presentarle el proyecto y valorar su viabilidad.
La quinta, “colocación de cajas nido en el entorno del arroyo Rio Pudio”, lleva consigo el estudio comparativo de las comunidades avícolas urbanas y rurales de Almensilla, en un intento de mejorar su biodiversidad. Estudian la relación de las comunidades avícolas con las especies cultivadas en su pequeño bosque de laboratorio, en el huerto y las disponibles en zonas próximas de arbolado, como la del arroyo Rio Pudio, la urbanización Santa Iglesia, etc. Estudian la relación entre el buen estado de los árboles y la mejora de la vida de las especies avícolas. Colocan cajas nido, que ellos mismos construyen. Elaboran un diseño experimental para comparar la evolución de las comunidades de aves y su reproducción, antes y después de la colocación de las cajas nido. Analizan resultados y plantean propuestas para el aumento de la biodiversidad avícola en su entorno.
La sexta línea es “iesgo sísmico y vulcanismo”. Se inicia con una encuesta dirigida a los vecinos para conocer el grado de preparación ante un anuncio de riesgo sísmico o volcánico. Informan de los peligros que, al respeto, puede correr su pueblo, estudiando mapas, datos y gráficas, desde hace 475 años en Andalucía. Al final elaboran un plan de evacuación de Almensilla.
En este y en futuros cursos, el proyecto prevé desplegar otras líneas de actuación, como la creación de un bosque de plantones de especies mediterráneas con vistas a la reforestación. Para ello, tienen previsto estudiar el crecimiento de la encina, el alcornoque, el pino carrasco, el lentisco, el madroño; así como, especies aromáticas y su relación con las especies forestales, su valor y función en el huerto escolar, como el tomillo, el orégano, el romero, la albahaca, la lavanda, la salvia y la menta.
Este aprendizaje práctico y experiencial, de reflexión sobre la práctica, análisis de evidencias, resolución de problemas reales, mejora de la comprensión y compromiso con los aprendizajes curriculares (más allá de estar impulsados por la normativa curricular derivada de la LOMLOE) afianza un modo de “aprendizaje en profundidad” que la investigación educativa avala.
La Oficina Internacional de Educación de la Unesco, Unicef y la OCDE insisten en vincular el aprendizaje al desarrollo de habilidades prácticas aplicadas al mundo real, afirmando que “una primera conclusión clave del análisis de la evidencia generada por la investigación es que los estudiantes aprenden más profundamente cuando pueden aplicar los conocimientos aprendidos en clase a los problemas del mundo real”.
Este tipo de aprendizajes posibilita configurar espacios inclusivos donde todas las personas, independientemente de sus habilidades, pueden participar y contribuir; al tiempo, que facilita la colaboración entre estudiantes, personal docente y el resto de la comunidad educativa.
El alumnado se siente parte de un proyecto, de una iniciativa colectiva que nutre de contenido un bien común, al tiempo que forja identidad y responsabilidad; por ejemplo, cuando colocan una caja nido, siembran o riegan, o cuando deciden gestionar la entrevista con el Alcalde.
El reciente estudio del Centro Nacional de Educación y Economía de los EEUU realizado junto al Consejo Australiano para la Investigación Educativa y titulado Construyendo un sistema de aprendizaje de clase mundial muestra las claves comunes que comparten cinco de los sistemas educativos que, en los últimos 50 años, han obtenido mejores resultados en las pruebas PISA (Columbia Británica, Estonia, Finlandia, Hong Kong y Corea del Sur). Estos sistemas diseñan “su plan de estudios escolar para que sea más inclusivo, centrado en un aprendizaje más profundo, aplicado e incorporando más opciones para que los estudiantes hagan que el aprendizaje sea atractivo, relevante y autodirigido.” Esto es justo lo que desde el Instituto de Almensilla quieren promover.
La experiencia en el Parque de las Ciencias
En mayo de 2024 tuvieron la posibilidad de participar en un programa educativo organizado por el Parque de las Ciencias de Andalucía, en Granada (sede en España de la Oficina Educativa de la Agencia Espacial Europea). El programa se denomina “Investigación en el Aula” y trata de fomentar la investigación y la innovación científicas, como parte de la actividad normal en las aulas, proporcionando al alumnado y al profesorado la oportunidad de dar a conocer su trabajo.
En estos momentos, las investigaciones del proyecto “Almensilla sostenible “están expuestas en los paneles informativos del Parque de las Ciencias.
A final del curso 2023/24 se confirma la concesión de ayudas de la administración autonómica a “Almensilla sostenible” para los dos próximos años. Esta dotación permitirá asentar el proyecto en el centro y seguir educando para un mundo en el que nada nos sea ajeno.