Los directivos son prudentes de cara a 2025
Los dirigentes ven crecimiento y necesidad de mano de obra el próximo año, pero advierten de los nubarrones económicos que surgen en el horizonte
Nubarrones. Eso es lo que ven empresarios y directivos planeando sobre la economía española. No es que la actividad vaya mal, en absoluto. Funcas prevé un crecimiento del PIB del 3% para este año y del 2,1% para 2025. Pero las transformaciones que se están sucediendo a una velocidad de vértigo en un marco internacional cada vez más convulso y en el que Europa se debilita, tendrán consecuencias en España. Para empezar, ya se aprecia en el conjunto del continente un freno de la inversión, como se puso de manifiesto en el VII Congreso de Directivos de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), celebrado esta semana en Santiago de Compostela, al que fueron invitados varios medios de comunicación, entre ellos EL PAÍS. En él se habló mucho sobre inteligencia artificial y digitalización. Y se puso el foco en los riesgos geopolíticos, que han escalado al primer puesto de las preocupaciones de los ejecutivos, tal y como reconoció el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet. El tablero de juego mundial está cambiando y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos no hace más que agudizar los interrogantes.
“La economía española no va mal, pero estamos perdiendo la oportunidad de hacerlo mejor”, resume Alejandro Beltrán, socio sénior de McKinsey. “El crecimiento es sano, aunque el 80% viene por el aumento de las horas trabajadas y sólo el 20% por el de la productividad, que es el que te hace ser competitivo. Y ahí no hemos avanzado nada”, explica Alberto Terol, presidente de la empresa logística Ontime. Hay oportunidades de crecimiento, aunque la única forma de hacerlo es ganando productividad, coinciden ambos ejecutivos, también de acuerdo en que para ello se necesita que el sector público elimine barreras y regulación al privado para que la inversión pueda fluir. Porque, según Beltrán, España lleva un déficit de inversiones productivas de 300.000 millones de euros en los últimos cinco años con respecto a la media europea.
“España ha cogido velocidad de crucero en las grandes cifras tras la pandemia. El reto ahora es que, aparte de crecer en gasto público, crezca en inversión”, según Elena Pisonero, expresidenta de Hispasat y actualmente al frente de la consultora Taldig, “porque va a haber oportunidades”. A su juicio, nuestro país debe coger el terreno que grandes economías como la alemana o la francesa están cediendo. “El reto es ocupar el espacio como una gran economía”, dice. “Y para ello hace falta invitar al sector privado para que invierta y España crezca no solo en volumen sino en calidad”, sostiene. Pisonero cree que el Gobierno es muy intervencionista y desconfía tremendamente del sector privado, y que las empresas no invierten porque tampoco se fían del Ejecutivo. Un círculo vicioso que hay que romper.
Tirón del empleo
Mientras, las empresas se preparan para afrontar estos grandes desafíos. Y están tirando de la contratación. De hecho, todas las consultadas para este reportaje están reclutando personal. “La primera parte del año ha habido mucha contratación en España y, aunque en esta segunda se ha desacelerado, acabaremos el año un 2% por encima del anterior”, según Iker Barricat, presidente de Adecco Group. Sus previsiones hablan de 507.000 empleos generados en 2024 y 368.000 en 2025. Algo semejante a lo que baraja dentro de su propia compañía, donde este año se incorporarán 500 personas y el próximo unas 200.
En Alsa van a reclutar a más de 1.000 personas tanto este año como el que viene, sostiene su presidente, Jorge Cosmen, que reconoce grandes dificultades para atraer conductores en España y en el resto de Europa. Para conseguirlo, han puesto en marcha un programa de atracción de mujeres, “que está funcionando muy bien, señala”. La compañía vive un buen momento. Lo mismo que Hotusa, que ha batido su récord de facturación gracias al empuje del turismo, “el motor del crecimiento del PIB”, aprecia Amancio López Seijas, su presidente. “Aunque el talento es el bien más escaso que existe, pues no es un momento fácil para la contratación, este año y el que viene incorporaremos a entre 400 y 500 personas”, agrega. En Ontime han fichado a más de 350 personas en lo que va de ejercicio y siguen reclutando.
Las empresas tecnológicas también están ampliando sus plantillas para hacer frente al ciclo positivo que vive el sector, que en el mundo crece un 11% y en España 2,5 veces lo que sube el PIB, indica Ángeles Delgado, presidenta de Fujitsu, que asegura que las previsiones apuntan a que este comportamiento se mantenga los próximos dos años por la necesidad de modernización de las infraestructuras y por la expansión de la inteligencia artificial. “Estamos aumentando la plantilla, con mucho foco en la gente joven, para que nos ayude en el relevo generacional”, explica. Desde 2023 han contratado a unas 700 personas y en lo que va de ejercicio a casi 300. Inés Bermejo, directora general de HP, explica que el crecimiento de su empresa está ligado al aumento de personal.
Miedo a la inteligencia artificial
“La inteligencia artificial (IA) tendrá más impacto que internet y la electricidad”, ha afirmado Meinrad Spenger, consejero delegado de Másorange, en el congreso de la APD. Las empresas tienen que estar preparadas y formar a sus trabajadores porque en 2030 habrá dos tipos de compañías: las que usan IA y las que han desaparecido, ha añadido. Según la directora de HP, entre 2023 y 2024 el uso de esta tecnología ha pasado del 30% al 70% de las empresas. Pero el 44% de los empleados creen que necesitan nuevas competencias y esperan que los líderes den un paso adelante para desarrollar sus capacidades. Porque, acorde con Adecco, el 11% de los trabajadores creen no estar preparados para su expansión y el 40% tienen miedo a la IA.