Ferrovial acaricia su sueño americano con la salida a Bolsa en Wall Street
Un año después del traslado de la sede a Países Bajos, la constructora de la familia Del Pino espera el visto bueno del supervisor estadounidense para empezar a cotizar en Estados Unidos y ampliar su base de inversores
Ferrovial se ajusta los calcetines. No es un chiste. La compañía que preside desde hace 24 años su primer accionista, Rafael del Pino (tiene el 20,4% del capital), trabaja desde hace más de un año para salir a Bolsa en EE UU y cumplir con la Ley Sarbanes-Oxley (Ley Sox, “calcetines” en inglés informal o jerga). Esta norma regula desde 2002 en EE UU la presentación de informes financieros y la auditoría de las empresas que cotizan o quieren cotizar. Ferrovial quiere. La compañía busca el impulso del Nasdaq —el segundo gran mer...
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Ferrovial se ajusta los calcetines. No es un chiste. La compañía que preside desde hace 24 años su primer accionista, Rafael del Pino (tiene el 20,4% del capital), trabaja desde hace más de un año para salir a Bolsa en EE UU y cumplir con la Ley Sarbanes-Oxley (Ley Sox, “calcetines” en inglés informal o jerga). Esta norma regula desde 2002 en EE UU la presentación de informes financieros y la auditoría de las empresas que cotizan o quieren cotizar. Ferrovial quiere. La compañía busca el impulso del Nasdaq —el segundo gran mercado bursátil de EE UU— para cumplir el plan estratégico que denomina Horizonte 26, centrado en infraestructuras sostenibles en EE UU y Canadá y con el radar enfocado en la movilidad, la energía y el transporte.
Ferrovial había planeado y anunciado el estreno bursátil al otro lado del Atlántico para el primer trimestre de este año. No ha sido posible, ha tenido que aportar más información y el proceso no está cerrado. Un contratiempo porque la compañía justificó el traslado de su sede a Países Bajos hace algo más de un año, precisamente, como un paso necesario para saltar al gran mercado estadounidense y atraer inversión. Con su salida de España provocó una fuerte controversia empresarial y política cuyos ecos permanecen, aunque macerados en los buenos resultados del último ejercicio: más negocio —ingresos de 8.514 millones, una mejora del 12,8%—, más beneficios —460 millones netos, un incremento del 150%— y más inversiones —545 millones—. Los inversores esperan buenas noticias y la acción ha subido en un año por encima del 30%.
El interés por seducir a los inversores en EE UU es lógico. “Nos coloca en el mapa como compañía de referencia en las infraestructuras”, explican desde la compañía. “Cotizar en el Nasdaq nos va a permitir acceder a una base de inversores que se ajusta más a nuestro perfil internacional. La triple negociación [Madrid, Ámsterdam y Nueva York] hará de Ferrovial una empresa aún más sólida”, añaden estas fuentes. Los analistas de Bankinter avalan la jugada: “Más del 80% de la valoración de Ferrovial viene de EE UU y Canadá. Ambas economías ofrecen un entorno favorable para las infraestructuras en 2024, con crecimiento económico, que se traducirá en mayores tráficos; inflación todavía elevada que permitirá incrementar tarifas; y fin del proceso de subidas de tipos, incluso posible rebaja a finales de 2024 o principios de 2025″. Hay más: el 92% de las inversiones hasta 2027 están asociadas al área norteamericana. “Mantenemos una visión positiva sobre la compañía a largo plazo por la calidad de los activos”, apunta Ángel Pérez Llamazares, de Renta 4.
Incluso las concesiones maduras —caso de la autopista canadiense 407 ETR— junto a las estadounidenses en fase de lanzamiento en Texas, Virginia o Charlotte se están comportando mejor de lo previsto, subrayan los analistas. Es lubricante para un motor empresarial complejo, compuesto de autopistas, aeropuertos, energía y construcción. Aunque la deuda del grupo es relativamente elevada —en torno a 6.800 millones de euros—, está vinculada a concesiones seguras y estructurada a largo plazo. El calendario de vencimientos es cómodo, de 500 millones de media anual, y la caja de la matriz suena bien: 950 millones —dato de 2023—, detallan en Bankinter.
Posición financiera
La posición financiera es importante porque de ella depende parte de la inversión en nuevas concesiones y la continuación del proceso de gestión —rotación— de activos para tomar posiciones favorables y vender más. JP Morgan apunta en un reciente informe que la compañía es optimista “sobre las futuras oportunidades de inversión en autopistas gestionadas en EE UU, con una cartera identificada de siete proyectos”. Parte clave de la gestión de activos es la anunciada venta del 25% del aeropuerto de Heathrow (Reino Unido) a los fondos Ardian y PIF por 2.735 millones de euros.
Sobre la venta de Heathrow, los analistas de Alantra recuerdan que el acuerdo está condicionado a que Ardian y PIF adquieran hasta el 60% de la participación y encuentren socios que compartan la inversión. Uno de los posibles candidatos era el fondo australiano Macquarie, que ha descartado participar en la operación. “Que Macquarie se retire es una noticia negativa para Ferrovial”, sostienen estos expertos. Ferrovial admite que “todavía no existe certeza de que la transacción [Heathrow] vaya a cerrarse”. En todo caso, mantiene la participación del 50% en los aeropuertos de Aberdeen, Glasgow y Southampton, en el Reino Unido; de un 60% en el aeropuerto de Dalaman, en Turquía, y de un 49% en la Nueva Terminal Uno del aeropuerto JFK, de Nueva York.
Aunque con flecos abiertos, Ferrovial sigue en la tarea que detalló en su último informe anual y que básicamente consiste en poner al día “los programas estratégicos destinados a la adaptación de los requisitos técnicos y organizativos requeridos por Sarbanes-Oxley (Sox) que comenzaron a mediados de 2023, así como a las SEC Final Rules on Cybersecurity”. Entre otras cosas, tiene que aportar información exhaustiva sobre la compra recién anunciada de un 24% de IRB Infrastructure Trust al fondo soberano de Singapur (GIC) por 740 millones. IRB cuenta con 12 concesiones de autopistas en la India y una cartera comprometida de tres concesiones adicionales.
En los mercados y en los negocios siempre hay riesgos. Por eso algunos pasos, como el traslado de la sede, son delicados. “Es probable que el movimiento no se haya entendido correctamente por parte de la opinión pública”, admiten en la compañía, “pero estamos satisfechos con el proceso emprendido porque nos acerca más a nuestro objetivo de seguir fortaleciendo nuestra presencia internacional”. Para quienes criticaron el cambio de sede, incluso desde el Gobierno, el grupo tiene dos mensajes. Uno, que desde el traslado, Ferrovial ha aportado más a España; y dos, que más allá de la ubicación de la sede, Ferrovial sigue siendo “una empresa española, porque aquí están nuestras raíces y nuestro compromiso con España sigue intacto”.
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