Annabel Chaussat (FNAC): “Para mí salir a terrazas, bares, restaurantes… es cuidarme”

La directora general de FNAC en España acaba de cumplir 49 años. Aunque nació en Londres, su familia es francesa y hasta hace dos años y medio vivía en París. Pero Annabel Chaussat se ha enamorado de España, de Madrid en concreto, por la energía que desprende y toda la vida social que se puede hacer en ella. Tanto es así que le encantaría quedarse mucho tiempo a vivir aquí. “España es un país muy acogedor y muy interesante”, dice. Aunque, eso sí, es...

La directora general de FNAC en España acaba de cumplir 49 años. Aunque nació en Londres, su familia es francesa y hasta hace dos años y medio vivía en París. Pero Annabel Chaussat se ha enamorado de España, de Madrid en concreto, por la energía que desprende y toda la vida social que se puede hacer en ella. Tanto es así que le encantaría quedarse mucho tiempo a vivir aquí. “España es un país muy acogedor y muy interesante”, dice. Aunque, eso sí, esta amante de la cocina, a la hora de elegir, se decanta por la gastronomía francesa. Especialista en suflé, se escuda: “No tengo una abuela española; no me sé las recetas. Ahora he aprendido a hacer paella”.

Pregunta. Dice que la música es muy importante en su vida, ¿en qué se traduce eso?

Respuesta. Escucho música todo el tiempo, en casa, en el coche, donde puedo… y voy a ver musicales, conciertos, festivales. La música forma parte de mi día y da mucho ánimo, es una manera de viajar y de compartir alegría. Me gusta más la que tiene ritmo.

P. ¿Cuáles son sus autores preferidos?

R. De las últimas novedades, me gusta mucho Ana Mena. Escucho mucho reguetón, me encanta. Y en música francesa, Angel.

P. ¿Cuántos libros lee al mes?

R. Leo mucho. Tres o cuatro libros al mes por lo menos y algo más en verano. Me gusta todo. De thrillers a cómics, pasando por todo tipo de literatura. Leo en francés y en español. La vida es mucho más divertida leyendo historias.

P. ¿Qué está leyendo ahora?

R. Estoy leyendo La historia de los vertebrados, de Mar García Puig. Es apasionante. Lo recomiendo.

P. ¿Qué más aficiones tiene?

R. El deporte. Desde mi llegada a España juego al pádel, antes jugaba al tenis. Juego con mi marido y con amigos y nos encanta. Eso en verano, en invierno esquío mucho. Voy a los Alpes, en Suiza, con nuestras dos hijas.

P. ¿Cuál es el viaje que recuerda con más cariño y cuál el que tiene pendiente?

R. Con más cariño siempre recuerdo Venecia, que para mí es la ciudad más emocionante. He ido 5 o 6 veces, es una ciudad que conozco bien, pero que cada vez que voy me emociona. ¿Y qué me queda por hacer? Muchas cosas. Acabo de volver de Vietnam y Camboya, de ver la bahía Ha-Long y el templo de Angkor Wat, que estaban en mi lista de cosas a visitar antes de morir. Me queda por ir a Chichén Itzá, querría ir a México a ver ese templo. Y el próximo verano iremos a Japón...

P. Son muy organizados, ya con el próximo verano pensado…

R. Sí, con chicas de 22 y 20 años, si quieres tener la suerte de tenerlas contigo hay que empezar pronto, organizarse con todo y reservar 10 días con mucha antelación, antes de que se vayan con amigos y hagan un montón de planes.

P. ¿Se han independizado las dos?

R. Ambas. En Francia los jóvenes se independizan muy pronto, a los 18 o así. Pero vienen muchas veces aquí, a Madrid. Les gusta mucho, como a nosotros. La vida aquí es una vida muy simpática. Hacemos muchas cosas.

P. ¿Se cuida?

R. Sí, intento poner deporte en mi agenda, o pádel o gimnasio, al menos tres horas a la semana. Es un motor de energía y salud física y mental. Y luego nos gusta salir. Para mí cuidarme es salir al cine, a terrazas, bares, a un restaurante con amigos; es importante la vida social. Hay una energía en Madrid que me gusta muchísimo. Se sale mucho más que en París… hay muchos eventos culturales. Este movimiento nos encanta.

P. ¿Tiene estrés?

R. Creo que todos tenemos un poco de estrés. Por eso hago mucho deporte y salgo mucho porque es una manera de gestionarlo bien. El balance familiar y de trabajo me ayuda a gestionarlo.

P. ¿Siempre ha conciliado bien?

R. Sí. Es algo personal. Mi marido me ha apoyado muchísimo y esto facilita mucho el compromiso en el trabajo; luego aprendí muy pronto a decir ‘no’ y también a elegir días en los que no trabajaba para dedicarme a mis hijas y a mi familia.

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