El cambio climático pone a los bonos de catástrofes en el punto de mira
Las emisiones de deuda ligadas a desastres naturales se abren paso como una vía de financiación de las aseguradoras
El sector asegurador tiene una herida que cada vez sangra más. Las pérdidas que sufrió la industria debido a los desastres naturales superaron los 120.000 millones de dólares (unos 110.000 millones de euros al tipo de cambio actual) en 2022, según datos recopilados por la firma alemana Munich Re. ...
El sector asegurador tiene una herida que cada vez sangra más. Las pérdidas que sufrió la industria debido a los desastres naturales superaron los 120.000 millones de dólares (unos 110.000 millones de euros al tipo de cambio actual) en 2022, según datos recopilados por la firma alemana Munich Re. El huracán Ian, que devastó Florida (EE UU) el pasado mes de septiembre, es responsable de la mitad del agujero. El segundo suceso más costoso fueron las inundaciones en Australia de febrero pasado, que causaron pérdidas de más de 4.000 millones. Y parece evidente que 2023 no esquivará por desgracia eventos climáticos adversos. Sin ir más lejos, California, una zona que sufre tradicionalmente severas sequías, ha estrenado el año con lluvias torrenciales que han causado cerca de 20 muertos.
Se trata de un salto cualitativo con respecto a la situación de principios del siglo XXI, cuando los daños ocasionados por la naturaleza apenas llegaban a 50.000 millones al año. “Es innegable que el cambio climático está disparando las pérdidas”, reconoce Ernst Rauch, científico de Munich Re, en una reciente entrevista publicada por Bloomberg. “Pérdidas aseguradas de más de 100.000 millones anuales es la nueva normalidad”, concluye.
En este contexto, el mercado de seguros contra catástrofes está sujeto a una fuerte presión, ya que a la mayor frecuencia de sucesos atmosféricos adversos hay que añadir el incremento de la inflación (que encarece el precio de la reconstrucción tras un desastre) y la disminución del capital tradicional de reaseguro a causa de la pérdida de rentabilidad de las inversiones. Tanja Wrosch, gestora de fondos de Credit Suisse, cree que la conjunción de estos factores provoca un aumento de las primas de reaseguro y con ello dotan de más atractivo a los bonos de catástrofes como una alternativa de inversión.
En un documento de mercado distribuido por el banco suizo, Wrosch explica que hay un fuerte desequilibrio entre la oferta y la demanda de capacidad de reaseguro. En concreto, el capital de reaseguro se redujo en más de un 30% en los nueve primeros meses de 2022, según cifras de Swiss Re. Las compañías de reaseguros son entidades que, a través de un contrato, aceptan la cobertura de uno o varios riesgos asumidos por otra aseguradora. “Los bonos de catástrofes suponen una opción alternativa para introducir los riesgos climáticos en los mercados de capital. En nuestra opinión, son los que más saldrán ganando con la dinámica actual. Consecuencia de ello, las primas han alcanzado niveles récord”, argumenta la gestora de Credit Suisse.
Dada la disminución prevista de la capacidad tradicional de reaseguro y el aumento de las primas de las coberturas de catástrofes naturales, Wrosch considera que la transferencia alternativa de riesgos a los inversores mediante bonos de catástrofes va a adquirir cada vez mayor importancia y por eso cabe esperar una buena cosecha de emisiones de bonos. “No obstante”, aclara esta experta, “solo podrán colocarse según las condiciones que impongan los inversores”. Y pronostica que la necesidad de cubrir las pérdidas de huracanes como Ian, así como la búsqueda de una rentabilidad sostenible a largo plazo para los que tengan exposición a este tipo de deuda —teniendo en cuenta temas como la inflación y el cambio climático—, dominarán el debate sobre los precios. “El sector asegurador se encuentra en su conjunto ante un gran cambio que podría ofrecer oportunidades interesantes”, añade. El volumen de bonos de catástrofes tiene un tamaño actualmente de 35.000 millones de dólares, según datos recopilados por Bloomberg.
Evolución de los precios
El mercado ya empieza a recoger esa mayor presión. Las dos últimas emisiones de bonos ligadas a catástrofes, realizadas en el último trimestre de 2022, pagaron un cupón del 8,9%, frente al 5,2% de rentabilidad media ofrecida a principios del pasado año. “El futuro desarrollo de las primas dependerá de muchos factores, como, por ejemplo, la evolución de las pérdidas causadas por el huracán Ian, el volumen de nuevas emisiones en este segmento de mercado y la disciplina de los inversores”, asegura Wrosch.