Un café que sí se recicla
Debuencafé comercializa esta bebida ecológica en cápsulas compostables que apoyan la inclusión social
Si pusiéramos en línea los 7.000 millones de cápsulas de café que se tiran al año darían la vuelta al mundo 14 veces, asegura Oxfam Intermón. Además, el aluminio que las compone tardará entre 100 y 500 años en biodegradarse. Algunos fabricantes ubican puntos limpios para su reciclaje, pero ya poca gente duda del fracaso medioambiental que supone la gestión del café en cápsulas. Eso pensaban Miguel Munilla y Aitor Guerra, expertos en marketing, alargando una sobremesa de 2014 y exploran...
Si pusiéramos en línea los 7.000 millones de cápsulas de café que se tiran al año darían la vuelta al mundo 14 veces, asegura Oxfam Intermón. Además, el aluminio que las compone tardará entre 100 y 500 años en biodegradarse. Algunos fabricantes ubican puntos limpios para su reciclaje, pero ya poca gente duda del fracaso medioambiental que supone la gestión del café en cápsulas. Eso pensaban Miguel Munilla y Aitor Guerra, expertos en marketing, alargando una sobremesa de 2014 y explorando las posibilidades de negocio. “No se puede ser 100% sostenible, pero intentamos acercarnos a eso al máximo en todas las etapas del producto: cultivo, transporte, tueste, distribución y, por supuesto, el residuo”, se sincera Munilla, que, por entonces, venía de digerir su despido como director comercial en Osborne. Se pusieron en contacto con caficultores a través de plataformas como Algrano, que aseguran la certificación del cultivo ecológico en origen (de Brasil, Perú, Colombia, India, Tanzania o Etiopía) y con él elaboraban sus propias mezclas. Llegaron a un acuerdo con el Grupo Toscaf, una empresa familiar asturiana, donde se tuesta y encapsula el café; investigaron el tipo de embalaje que menos ocupa y mejor se recicla; y, después de “tener un lío” con Ecoembes —porque no consideraba envases sus cápsulas— llegaron a un acuerdo con Capsul’in, la empresa que hace estas monodosis biodegradables (a partir de almidón de maíz) y que van al contenedor marrón.
Después, empezaron el largo proceso que exige B Corp para certificar su empresa como de impacto positivo. Hoy, es la única compañía española de café ecológico que figura en esta plataforma internacional. Entre otras razones, porque colaboran con la Fundación Café Mundi destinando parte del coste del café a la realización de proyectos de sostenibilidad y responsabilidad social en las comunidades productoras. Y también porque emplean a jóvenes con dificultad de acceso al mercado laboral a través de la Fundación Prodis. “Hemos tenido 60 chavales trabajando en estos procesos”, afirma Munilla. A los dos fundadores se les sumaron cuatro empleados y varios colaboradores externos más, el año pasado registraron ventas por 320.000 euros y, para 2022, calculan un gran incremento “porque hemos llegado a acuerdos con grandes clientes”. Uno de ellos es el despacho de abogados Uría Menéndez, que engorda la cartera previa de clientes como el Grupo Merlín, algunos bancos, o El Corte Inglés. Para captar esos clientes, se ubican en ferias, pero descartan entrar en la hostelería y campañas de publicidad. “Las redes sociales cada vez funcionan mejor”, desvela el consejero delegado de Debuencafé, quien añade: “En la última década, el consumo de café en capsulas ha aumentado un 26% y el 70% del negocio está en manos de cuatro empresas, pero se puede competir con el precio final. Nosotros somos un 20% más baratos que Nespresso, por ejemplo” (venden 50 cápsulas por unos 18 euros). “Hemos pasado de llamar nosotros a que nos llamen”.