La miel china se disfraza de rumana e inunda España

Las importaciones desde Rumanía se disparan y los productores denuncian tretas legales para borrar el origen de este alimento y poder venderlo como comunitario

Proceso de recolección en una granja de miel orgánica en Pollença (Mallorca).JAIME REINA (AFP via Getty Images)

Una maraña normativa enmascara el verdadero origen de la miel que se comercializa en España. Lo denunció la asociación agraria Coag hace unos meses a propósito de la sorprendente “desaparición” de la miel china de los lineales de supermercados pese a que el país asiático sigue siendo el principal lugar de origen de las importaciones (4.209 toneladas entre enero y noviembre pasados). Y lo siguen denunciando los productores nacionales, que ven cómo la confusión se apodera de los consumidores....

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Una maraña normativa enmascara el verdadero origen de la miel que se comercializa en España. Lo denunció la asociación agraria Coag hace unos meses a propósito de la sorprendente “desaparición” de la miel china de los lineales de supermercados pese a que el país asiático sigue siendo el principal lugar de origen de las importaciones (4.209 toneladas entre enero y noviembre pasados). Y lo siguen denunciando los productores nacionales, que ven cómo la confusión se apodera de los consumidores.

Según la normativa comunitaria, la miel de cualquier país adquiere el origen de otro si se mezcla en un porcentaje inferior al 49% con otras mieles. A eso se añade que el Código Aduanero de la UE menciona que el país de origen puede asimilarse al país donde se haya realizado “la última transformación o elaboración sustancial y económicamente justificada de un alimento”. La cuestión de la interpretación de la normativa, compleja y farragosa, como destacan en Coag, “parece estar influyendo decisivamente en la situación del mercado español”, donde las mieles de supermercado más vendidas reflejan en sus etiquetas orígenes diversos donde apenas aparece China pese a que es un productor relevante.

En su estudio, Coag pone como ejemplo una miel cosechada en el país asiático e importada por un operador portugués y posteriormente mezclada con miel cosechada en España: “Puede adquirir origen España si más del 50% del peso de la mezcla final es española. Dicha mezcla podría volver a mezclarse con nuevas partidas de mieles originarias de China confiriendo, de nuevo, el origen España a las subsiguientes mezclas finales”. A eso se añade otra circunstancia: Rumania se está convirtiendo en uno de los principales abastecedores de miel de la industria española (hasta 2020 figuraba entre el octavo y noveno puesto, pero el año pasado pasó a ser el tercer proveedor, con 4.011 toneladas hasta noviembre) a un precio medio de 1,62 euros por kilo, muy por debajo de los casi cuatro euros a los que entraba, por ejemplo, en 2016. Esa sospechosa bajada de precios lleva a las organizaciones a pensar que se trata de una triangulación de mieles procedentes de terceros países que toman como origen Rumania.

Apicultores y organizaciones consultadas de Galicia, la Alcarria (Guadalajara) o Villuercas (Cáceres) consideran que este es un mal que arrastra la industria desde hace años. Para María Ester Ordóñez, presidenta de la IGP Miel de Galicia, “el sector debería apostar por la miel de calidad. La venta a granel es pan para hoy y hambre para mañana”. Lo mismo opina Pedro Loscertales, apicultor de Los Monegros (Aragón) y responsable del ramo en Coag. “Por desgracia en España somos deficitarios en miel. Pero esta maraña legislativa que lleva a la triangulación no nos vale. Para eso hay una norma de calidad de miel española, pero que se cumpla no significa que la UE no permita ciertas prácticas”, señala. Añade que los análisis de laboratorio permiten detectar el origen de este alimento, pero también se dan prácticas para enmascararlo. Por ejemplo, la microfiltración, que elimina los granos de polen y borra los rastros de fermentación previa a la comercialización para hacer desaparecer el lugar de procedencia botánico de una partida, o la ultrafiltración, que también elimina partículas que podrían detectar otras adulteraciones.

Más problemas

La producción española, que oscila anualmente entre 30.000 y 33.000 toneladas, tiene más problemas: desde la mortandad de colmenas, la pérdida de biodiversidad, la creciente presencia de especies invasoras (como la vespa velutina) y la varroosis, la enfermedad provocada por el ácaro que más daños ocasiona en apicultura. A Antonio García le preocupan, por ejemplo, los abejarucos de la Alcarria, donde 52 productores como él lanzan al mercado cada año unas 100 toneladas con denominación de origen. “Estamos perdiendo producción porque se han abandonado cultivos tradicionales, como las cosechas de espliego o ajedrea. Cada vez llueve menos, y eso influye en que las cosechas de otoño son pobres y tienes más bajas de colmenas. La mitad del año nos la pasamos combatiendo la varroa”. También menciona la confusión del consumidor. “Están viniendo muchísimas mieles de importación, el etiquetado no es claro, tenemos muchísimos controles en la denominación de origen, pero las mieles de fuera dudo que los tengan. Ellos van a precio, no a calidad”.

Otro tema son los costes de producción en un sector donde en media España vive de la trashumancia, en especial la apicultura del centro y sur de la Península. Con la subida de carburantes se estrechan los márgenes. “Empecé a trabajar en esto en 2000 y como profesional 10 años después. En estos años he tenido que invertir un 70% más para sacar un 40% menos, así que tengo que compensarlo aumentando el número de colmenas”, cifra Loscertales. Belén Cortijo, técnica del consejo regulador de Villuercas, añade que no hay incentivos para que se incorporen al sector generaciones jóvenes. Y como recuerda Ordóñez, “la miel se puede importar, pero no la polinización, que es posible que se acabe cuando los apicultores no consigan seguir viviendo del rural”.

Apuntes

280.000. La UE es el segundo productor mundial de miel tras China, con 280.000 toneladas anuales (2020). En el continente hay 18,9 millones de colmenas y 615.058 apicultores. 
60%. La UE solo produce 6 de cada 10 kilos de miel que consume. Ucrania y China son, por este orden, los principales proveedores. 
35.300. En España hay ese número de apicultores (marzo de 2021) y sobre un 18% son profesionales (más de 150 colmenas). El número de explotaciones aumentó un 47% entre 2010 y 2021.
3,24. Los precios en la pasada campaña siguieron la tendencia alcista que se inició en 2019. Fueron desde 3,24 euros el kilo de la miel multifloral a granel a los casi 7 euros el kilo de mielada ­envasada (que se obtiene a partir de secreciones azucaradas de las partes vivas de las plantas).

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