El FMI sitúa a España como la gran economía avanzada que más crece por segundo año consecutivo
El Fondo eleva cuatro décimas la previsión del PIB español para este año, hasta el 2,9%, y mejora dos décimas el pronóstico para 2026, pero augura una ralentización hasta el 2%
La economía mundial pierde fuelle. Un variado catálogo de causas está haciendo mella en el crecimiento global: los aranceles de Estados Unidos, un panorama internacional más fragmentado, una inflación incómoda, el endurecimiento de las políticas migratorias... Pero, sobre todo, una incertidumbre perenne, que abona unas perspectivas de crecimiento “frágiles” y “desalentadoras”, según constata el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, en sus siglas en inglés), publicado este martes en el marco de la Asamblea Anual de la institución.
Las nuevas previsiones del organismo multilateral están revestidas de una densa capa de cautela e incluso de cierto pesimismo ante la acumulación de riesgos. El Fondo advierte de una ralentización del crecimiento mundial del 3,3% en 2024 al 3,1% en 2026, una evolución mucho más débil que antes de la pandemia.
El informe destaca que la economía mundial ha mostrado gran resiliencia tras el puñetazo que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, propinó sobre el comercio mundial cuando el pasado 2 de abril, a través de un simple cartel de cartón, declaró la guerra arancelaria a todos sus socios.
Hace seis meses, cuando Trump lanzó su desafío arancelario, los economistas se apresuraron a empeorar sus previsiones económicas. Cundía el pánico y se temía un frenazo global. Pero la economía mundial ha resistido. El economista jefe del FMI, Pierre-Oliver Gourinchas, explica las razones: “La mayoría de los países se abstuvieron de tomar represalias, manteniendo, en cambio, el sistema comercial en gran medida abierto. El sector privado también demostró agilidad, anticipando las importaciones y redirigiendo rápidamente las cadenas de suministro”.
Pero esa resistencia se está agotando. “Más allá de la aparente resiliencia, el panorama para la economía mundial sigue apuntando a perspectivas sombrías”, advierten los economistas del FMI. En otro punto del informe subrayan: “Cada vez hay más indicios de que los efectos adversos de las medidas proteccionistas están comenzando a notarse”.
La sorpresa de España
Entre toda la retórica pesimista sobresale España. Los técnicos del organismo presidido por Kristalina Georgieva calculan que la economía española crecerá este año un robusto 2,9%, cuatro décimas por encima de sus anteriores previsiones de julio y abril.
Las estimaciones del Fondo para España son dos décimas más optimistas que las del Gobierno. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, actualizó el pasado septiembre el cuadro macroeconómico y elevó al 2,7% el PIB para 2025.
Los datos de España son llamativos. Es, entre las grandes economías desarrolladas, el país que más ha crecido en los dos últimos años. Los pronósticos del Fondo sitúan el desempeño de este año muy por encima de países vecinos como Francia (0,7%); Alemania (0,2%) o Italia (0,5%). E incluso más que otras potencias como Estados Unidos (2%), Reino Unido (1,3%) o Japón (1,1%).
Aunque en 2026 la economía española seguirá encaramada al podio de las más dinámicas de entre los países avanzados, el Fondo le augura un importante frenazo. Estima que la actividad española crecerá un 2%, dos décimas más que en las anteriores previsiones, pero casi un punto menos que este ejercicio. Está previsto que el próximo año se agoten los fondos europeos procedentes de la pandemia que han estado dopando a la economía durante los últimos cuatro años.
Habrá que esperar al miércoles, cuando el FMI publica el Monitor Fiscal, para hacer un análisis más profundo de la economía española, pero los motores que la empujan son claros: un mercado laboral dinámico, que absorbe los flujos migratorios que llegan de otros países; la inyección de los fondos europeos de la pandemia; un sector turístico en auge, que sigue cosechando récords y aporta una dosis de energía extra al PIB; el desarrollo de las renovables permite al país ofrecer precios de la energía más competitivos y unos costes laborales controlados tras el episodio inflacionario de 2022 y 2023.
Y todo ello en un contexto de alta crispación política. Con un Parlamento fragmentado y un Gobierno sin mayoría clara en el Congreso. Los buenos datos económicos se suceden sin que el Ejecutivo haya aprobado un Presupuesto en los dos años que ya se han consumido de legislatura. Tampoco parece que vaya a poder sacar adelante los del próximo ejercicio, pero la economía parece ajena a estas tensiones domésticas.
En Europa, tras varios trimestres anémicos, el Fondo espera que el crecimiento en la eurozona repunte ligeramente hasta el 1,2% en 2025 y el 1,1% en 2026. Si bien representa una mejora con respecto a las previsiones de abril y julio, los datos muestran una revisión acumulada a la baja de cuatro décimas respecto al informe del año pasado, subraya el FMI. “La elevada incertidumbre en múltiples frentes y el aumento de los aranceles son los principales impulsores”, precisa. Las tensiones políticas y la polarización han infectado al Viejo Continente. En Francia se suceden los primeros ministros, mientras Emmanuel Macron parece incapaz de dar con un primer ministro que apruebe un presupuesto. Y el alemán Fiedrich Merz ha aprobado un ambicioso plan fiscal, que supone un giro a la ortodoxia alemana, pero no logra revertir el auge de la extrema derecha.
El documento que diagnostica las amenazas y debilidades de la economía mundial abunda en las deficiencias de la UE: el aumento de los aranceles perjudica las ventas al exterior, con profundas implicaciones para las grandes economías que más exportan (Alemania y Francia). “Mientras que la mayor incertidumbre en la política comercial está reduciendo el apetito de las empresas por la inversión”, explican los técnicos del organismo.
Estados Unidos: el gran protagonista
Estados Unidos es el gran protagonista en las previsiones del FMI tras la brusca irrupción de Donald Trump en su segundo mandato en la Casa Blanca. Es, junto a los aranceles, el objeto de todos los comentarios. La actividad en Estados Unidos se desacelerará hasta el 2,0% este año y se mantendrá estable, un 2,1%, el próximo, según las nuevas previsiones.
El FMI apenas modifica una décima al alza sus cálculos de julio bajo el argumento de una reducción de los aranceles efectivos, las favorables condiciones financieras y el impulso fiscal derivado de la aprobación de la Ley Grande y Hermosa. Esta norma, impulsada por Trump y aprobada en el Congreso, establece rebajas de impuestos a empresas y recortes de gasto, sobre todo el sanitario.
Los cálculos del FMI sobre la mayor potencia del mundo son peores que los emitidos hace un año. “Se debe principalmente a una mayor incertidumbre política, mayores barreras comerciales y un menor crecimiento tanto de la fuerza laboral como del empleo”, explica.
El economista jefe del Fondo, Pierre-Oliver Gourinchas, advierte de que “a pesar de un primer semestre estable, las perspectivas siguen siendo frágiles y los riesgos se inclinan a la baja. El principal riesgo es que los aranceles puedan aumentar aún más debido a las renovadas y no resueltas tensiones comerciales, que, sumadas a las interrupciones en la cadena de suministro, podrían reducir la producción mundial en un 0,3% el próximo año”. El economista jefe añade que acuerdos bilaterales más claros y estables pueden aumentar la producción mundial en un 0,4% a muy corto plazo.
En la mente de todos, el recrudecimiento durante los últimos días de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. El gigante asiático decidió la semana pasada endurecer el control sobre las tierras raras, unos minerales críticos para la fabricación de productos tecnológicos y el desarrollo de la IA. El presidente Trump respondió de forma airada anunciando un aumento de los aranceles a Pekín del 100% y la amenaza de suspender la reunión prevista para finales de mes con el presidente chino, Xi Jingping. Los inversores reaccionaron con temor ante la posibilidad de una escalada comercial que perjudicara las relaciones laborales entre dos economías más interrelacionadas de lo que sus líderes parecen creer.
El Fondo señala al endurecimiento de las políticas migratorias por parte de Trump como otro de los motivos de riesgo. “Supone otro shock negativo de oferta que se suma al derivado de los aranceles. Hasta ahora, esto se ha visto compensado por un enfriamiento de la demanda laboral, manteniendo estable el desempleo”.
En el lado de los efectos positivos, el Fondo señala como el dólar se ha debilitado en el primer semestre del año, facilitando las exportaciones, y como las grandes tecnológicas han disparado la inversión para desarrollar la IA.