CaixaBank lidera la oleada de revisiones al alza y eleva el PIB de España al 2,9% en 2025
Los organismos y analistas vuelven a destacar la fortaleza de la economía española gracias a un inicio de año mejor de lo previsto
La economía española vive un momento inusualmente optimista en medio de un contexto internacional todavía plagado de incertidumbres y marcado por el parón de los principales mercados. En las últimas semanas, se ha producido una oleada de revisiones al alza de las proyecciones de crecimiento, tanto de organismos nacionales como internacionales, que han ido afianzando el tirón y consolidando la imagen de España como una de las economías más dinámicas de la eurozona. El Banco de España, Funcas y la OCDE mejoraron en varias décimas las predicciones que manejaban hasta la fecha, situando, todos ellos, el PIB de España en el 2,6% a cierre de 2025. El Gobierno hizo lo propio, aunque con una previsión una décima superior, del 2,7%. Pero ha sido CaixaBank Research quien ha dado el mayor salto hasta la fecha: el servicio de estudios del banco ha modificado al alza su escenario en medio punto y espera ahora un avance del 2,9%, la cifra más alta entre todas las publicadas.
El optimismo de CaixaBank Research, que tiene previsto difundir este sábado sus nuevas proyecciones, a las que ha tenido acceso este periódico, se explica por un arranque de año mucho más robusto de lo esperado inicialmente. El PIB avanzó un 0,6% en el primer trimestre y aceleró hasta el 0,8% en el segundo, batiendo las previsiones preliminares y confirmando que el ciclo expansivo sigue muy vivo. Además, explica la entidad, “el crecimiento ha sido equilibrado y saludable, impulsado tanto por la inversión como por el consumo privado”.
Mientras el consumo privado se consolida con la recuperación del poder adquisitivo de los hogares, la inversión ha comenzado a ganar un protagonismo que podría mantenerse en los próximos trimestres gracias a los tipos de interés más bajos. Los datos del verano apuntan a que esta inercia continúa gracias a que la creación de empleo avanza a un ritmo significativo, mejora el índice PMI compuesto (un indicador adelantado de actividad) y el turismo ha cerrado una temporada alta algo mejor de lo anticipado.
El cambio de patrón en la economía española es clave. Entre 2022 y 2024, el motor estuvo en el sector exterior, con un protagonismo destacado del turismo. En 2025, sin embargo, el servicio de estudios de la entidad destaca que la demanda interna comienza a asumir un papel central. El consumo privado, favorecido por el descenso de la inflación hacia el objetivo del 2% ―pese a los ligeros repuntes confirmados por el INE en los últimos meses― y por la fortaleza del mercado laboral, se mantendrá dinámico.
La inversión y la formación bruta de capital fijo de las sociedades no financieras también tienen margen para seguir creciendo. En la práctica, esto quiere decir que muchas empresas todavía no han recuperado del todo los niveles de gasto en maquinaria, tecnología o proyectos que tenían antes de la pandemia, si se descuenta el efecto de la inflación. Ese retraso ofrece cierto margen para que en los próximos años la actividad inversora se mantenga fuerte. Además, que el motor del crecimiento empiece a apoyarse más en el consumo de las familias y en la inversión empresarial, y no solo en el turismo o en las exportaciones, se interpreta como un signo de madurez: la economía gana solidez porque su avance depende cada vez más de la capacidad interna de gasto y desarrollo, y menos de factores externos.
El mercado laboral, otro de los pilares de esta revisión al alza, sigue sorprendiendo. En 2025 se prevé un aumento del empleo cercano al 2,5%, con una tasa de paro que cerrará el año en el 10,4% y que, por primera vez desde 2007, daría pie a bajar de la frontera del 10% un ejercicio después, según las proyecciones del servicio de estudios. El dinamismo del empleo se traduce en más renta disponible y en mayor confianza de los hogares, lo que refuerza el consumo.
Los analistas también dedican un apartado al sector inmobiliario, que atraviesa “una fase expansiva”. Las compraventas de vivienda han alcanzado cifras no vistas desde 2007 y los precios seguirán creciendo con fuerza este año ―una previsión del 9,6%― y de forma algo más moderada el próximo ―un 6,3%―, impulsados por la elevada demanda y una oferta que todavía no logra cubrirla.
Todas estas estimaciones se producen, además, un par de semanas después de que el INE corrigiera en tres décimas, hasta el 3,5%, el crecimiento del PIB en 2024, un ejercicio en el que la economía española también sorprendió por su robustez.
Riesgos
CaixaBank Research reconoce, no obstante, que el escenario no está exento de riesgos. Los más inmediatos provienen de la esfera internacional: la guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, aunque en tregua parcial, podría reavivarse; las tensiones políticas en Francia y la fragilidad de sus cuentas públicas añaden incertidumbre financiera en la eurozona; y un eventual repunte de los precios del petróleo derivado de conflictos geopolíticos en Oriente Medio supondría un golpe para la inflación y el crecimiento. A nivel interno, la normalización del turismo, la moderación del consumo público y el menor impulso demográfico previsto para los próximos años podrían suavizar el ritmo expansivo.
Por el lado positivo, se prevé que la inflación continúe moderándose y alcance en España el objetivo del 2% que persigue el Banco Central Europeo. Para eso, sin embargo, habrá que esperar a 2026 tras una previsión de cierre del 2,5% este año. Esta tendencia estará impulsada por la reducción de la inflación energética, una vez desaparezca el efecto de la normalización del IVA sobre la tarifa eléctrica aplicada en enero de 2025, y por la moderación en los precios de los alimentos. Además, la apreciación significativa del euro registrada en 2025 ―más de un 13% en lo que va de año― contribuirá también a esta moderación.
En cuanto al marco internacional, el contexto se ha tornado algo más favorable de lo que se temía a principios de año. Las tensiones comerciales con Estados Unidos siguen presentes, pero la firma de acuerdos parciales ha reducido la incertidumbre y ha permitido descartar escenarios extremos. El crecimiento global, que se temía más débil, ha resistido mejor de lo esperado y CaixaBank Research ha elevado su previsión de PIB mundial para 2025 del 1,9% al 2,1%.