La Airef ve un impacto “ligeramente positivo” de las subidas del salario mínimo o la reforma laboral en la economía
La Autoridad Fiscal cree que han contribuido a incrementar el PIB y mejorar el empleo, aunque calcula que el alza del SMI ha impedido crear al menos 95.000 puestos adicionales
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) cree que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), la reforma laboral y otros cambios del Gobierno en el mercado de trabajo han tenido “un impacto limitado, aunque ligeramente positivo, sobre la actividad económica, el empleo y las cotizaciones sociales en términos de PIB”. Además, subraya que a la vez ha mejorado la probabilidad de inserción en el mercado laboral y se ha reducido el riesgo de pérdida de empleo, “con una caída de la temporalidad y una mayor presencia de contratos indefinidos”. Aunque también calcula que la subida del suelo salarial ha impedido la creación de miles de puestos de trabajo.
Las impresiones de la Airef se fundamentan en cinco documentos técnicos que ha distribuido el organismo este lunes, con los que elaboró su informe sobre la sostenibilidad de las Administraciones Públicas a largo plazo en marzo. Tres de ellos sirven para valorar la regla de gasto en pensiones: uno mide el impacto del SMI en el empleo, otro el efecto de las medidas de reforma laboral en el mercado de trabajo (no solo el cambio de 2021, sino el conjunto de modificaciones normativas) y otro cómo esos virajes impactan en los ingresos por cotizaciones.
En el documento dedicado al efecto del SMI, la Airef subraya que la subida de 2019 (la mayor de los últimos años, cuando se pasó de 736 euros brutos mensuales a 900 —ahora se sitúa en 1.184—) redujo la creación de empleo entre 0,28 y 0,45 puntos porcentuales, lo que se traduce en una horquilla de 40.000 a 65.000 afiliados a la Seguridad Social. Y pese a ser menos abultado, el incremento de 2023 tuvo un impacto mayor, de entre 55.000 a 85.000 afiliados, por afectar a un mayor número de perceptores (conforme sube el SMI, este engloba a más trabajadores).
“Sin embargo”, matiza el organismo que preside Cristina Herrero, este cálculo sobre las variaciones del SMI “solo estima efectos directos por la afiliación, sin considerar impactos indirectos como el posible aumento del consumo o cambios de la distribución salarial”. Es decir, no se toma en cuenta la mayor demanda asociada al incremento de salarios y otros factores parecidos.
Ese análisis más global, de conjunto, también es desarrollado por la Airef, tomando en cuenta tanto las subidas del salario mínimo hasta 2024 como las modificaciones normativas en materia laboral de los últimos años, entre las que sobresale la reforma laboral aprobada en 2021.
“En conjunto, el aumento de los salarios tiene una mayor relevancia que la caída inicial del empleo, lo que hace que el impacto en la renta disponible de los hogares sea positivo, impulsando el consumo y por tanto la actividad”, indica la Airef. La balanza entre el empleo perdido de forma directa y el empujón al consumo resulta en que “el PIB real aumentaría ligeramente”, concluye.
Respecto a las subidas del salario mínimo, por ejemplo, el organismo calcula que “habrían tenido un efecto ligeramente expansivo tanto sobre el PIB como sobre el empleo y los ingresos por cotizaciones sociales”, y concreta ese crecimiento en “0,1 puntos porcentuales en el promedio de 2022-2050″. También hace una lectura parecida del impacto de “las medidas de reforma laboral”. Aprecia un impacto “positivo, aunque moderado”, tanto en el PIB como en el empleo. “El efecto sería positivo en términos de nivel de ingresos por cotizaciones, pero prácticamente nulo al compararlo con la ratio sobre el PIB debido al incremento del PIB nominal”, matiza la Autoridad Fiscal. Es decir, que las cotizaciones han elevado los ingresos a las arcas públicas, pero lo han hecho en proporción similar a como ha crecido la economía.
Los analistas indican que los cambios normativos en materia laboral también se han traducido en una “mejora generalizada de la probabilidad de salida del desempleo, especialmente hacia contratos indefinidos y fijos discontinuos”. Y “en paralelo, observa una reducción en la probabilidad de pérdida del puesto de trabajo, sobre todo en los colectivos tradicionalmente más vulnerables”, como mujeres y jóvenes. La Airef extrae estas conclusiones tras comparar el escenario posterior a 2022 (con la reforma laboral en pleno desarrollo) con el periodo 2018-2019.
La reforma laboral eliminó el contrato por obra y servicio y limitó los escenarios en los que se podía practicar la contratación temporal, lo que resultó en un ascenso vertiginoso de la contratación indefinida (vía fijos ordinarios y, en menor medida, discontinuos). “En suma, las reformas han mejorado la inserción y la estabilidad agregadas y han contribuido a reducir parcialmente la segmentación, en línea con la caída de la temporalidad y la mayor presencia de contratos indefinidos”, dice la Airef.
Cada vez más perceptores del SMI
De vuelta al salario mínimo, la Airef subraya que el incremento del SMI en los últimos años ha disparado la proporción de trabajadores que lo ingresan. Se aprecia una “concentración de trabajadores en torno al nuevo umbral y en los niveles directamente superiores”. Así, mientras que en 2018 el 3,5% de los trabajadores cotizaban por la base mínima —asimilables a los perciben el SMI—, en 2023 eran el 7,4%, más del doble. Es más, los que ganan solo un poco más que el salario mínimo avanzan con más fuerza todavía: en 2018 el 7,9% de los trabajadores cotizaban por el 125% de la base mínima y en 2023 eran el 22,8%.
“Este fenómeno sugiere mayor convergencia salarial en torno al salario mínimo, lo que a corto plazo puede aumentar los ingresos del sistema, pero también generar compromisos futuros para el sistema de pensiones”, indica la Airef en su informe. La Autoridad Fiscal no identifica “un desplazamiento proporcional de la estructura salarial”, de manera que el resto de retribuciones escalan al son del SMI, “sino más bien una mayor concentración de salarios en torno a dicho valor”. “Esto sugiere una mejora en el nivel de los salarios, pero también un agrupamiento en torno a los niveles más bajos de la distribución”, agrega la Airef.
Los defensores de los incrementos del SMI vienen apuntando al efecto positivo en el resto de salarios como una de las principales virtudes de las alzas por decreto. Este estudio de la Airef no capta la existencia de dicho fenómeno, pero fuentes del organismo subrayan que no se han parado a estudiarlo específicamente: “Sin un análisis detallado en el que se controle por otros factores como la escasez de mano de obra registrada en algunos sectores, no se puede determinar el impacto de las subidas del SMI sobre la distribución salarial”. Con todo, la Autoridad Fiscal sugiere que el efecto es escaso: cita un análisis reciente de Eurofund que “encuentra que los efectos de la subida del salario mínimo sobre la distribución salarial son reducidos”.
El análisis también revisa el perfil de quienes cobran el salario mínimo, que ha cambiado a la par que los incrementos. Tiene una prevalencia mayor en grupos en los que antes era menos importante: entre hombres pasa del 3,2% al 6,4% de los trabajadores; por grupo de edad escala del 3,5% al 7,4% de 26 a 35 años; y entre aquellos con un nivel de educación medio pasa del 3,3% al 8,4%. “Estos efectos también se observan en el conjunto individuos con salarios hasta el 125% del SMI, que podrían convertirse en colectivo perceptor del SMI en los próximos años”, agrega la Airef.