Los economistas jefe de Davos esperan una leve ralentización de la economía mundial en 2025

Un informe del Foro refleja un sentimiento moderadamente pesimista vinculado a la creciente fragmentación del escenario global

Donald Trump, durante un discurso en el Detroit Economic Club, el pasado mes de octubre.Rebecca Cook (REUTERS)

El mundo se dispone a entrar en una nueva fase con el poderoso regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, y la mayoría de los destacados economistas consultados por el Foro Económico Mundial (un 56%) considera que en este nuevo contexto la economía mundial ralentizará levemente el paso. La percepción moderadamente pesimista brota en gran medida de los riesgos asociados con la fragmentación —especialmente en el sector de c...

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El mundo se dispone a entrar en una nueva fase con el poderoso regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, y la mayoría de los destacados economistas consultados por el Foro Económico Mundial (un 56%) considera que en este nuevo contexto la economía mundial ralentizará levemente el paso. La percepción moderadamente pesimista brota en gran medida de los riesgos asociados con la fragmentación —especialmente en el sector de circulación de bienes, en el laboral y en el tecnológico— pero se proyecta sobre el atlas de forma muy desigual. Los expertos consultados esperan de forma mayoritaria un sólido crecimiento en Estados Unidos y en el Sur de Asia, mientras prevén dificultades en Europa y en China. Latinoamérica también se sitúa en entre las regiones con expectativas menos luminosas.

Estas son algunas de las conclusiones más relevantes del informe Perspectiva de los economistas jefe, una encuesta llevada a cabo por el Foro Económico Mundial y publicada este jueves, en víspera de la reunión anual de Davos, que se celebrará la semana que viene en la localidad alpina suiza. Alrededor de 70 economistas jefe de instituciones internacionales o grandes empresas son miembros de la Comunidad de Economistas Jefe subyacente a este informe.

De especial interés resulta descifrar las expectativas de estos economistas —situados en posición de observación privilegiada desde instituciones como el FMI o la OMC, o desde grandes bancos y compañías multinacionales— sobre el devenir y las consecuencias del trumpismo. De manera significativa, un 61% cree que la política de la nueva Administración provocará un giro económico de largo plazo, no solo una sacudida temporal. Las esencias del mantra económico trumpiano, por encima de todo su proteccionismo, parecen tener raíces ya muy hondas según los expertos.

Casi un 90% de los encuestados considera probable o muy probable el estallido de una guerra comercial entre Washington y Pekín. No solo las declaraciones de Trump, sino la misma dinámica de los últimos cuatro años —en los que la Administración de Biden, aun sin recurrir a medidas arancelarias de la misma manera que lo hizo su antecesora, ahondó en medidas restrictivas de carácter comercial frente a Pekín—, inducen a pensar que esa perspectiva es casi inevitable. No obstante, los economistas creen que el volumen de intercambios entre ambos seguirá creciendo.

En una mirada de conjunto global, el 94% cree que los incrementos arancelarios de EEUU serán en todo caso menores de los agitados en campaña y en los prolegómenos de la presidencia. El golpe al comercio se centrará sobre todo en las mercancías, pero no tanto en los servicios, sector en el que hay confianza en el que se mantenga un crecimiento sostenido de los intercambios.

En cualquier caso, la expectativa de impacto de este gran viraje que aleja el mundo del consenso globalizador anclado en el libre comercio post-caída del Muro de Berlín es considerable, y va desde una profundización de la reconfiguración de las cadenas de suministro hasta el aumento de los costes para los consumidores.

El cambio de paso en las políticas de lucha contra el cambio climático es otro factor clave en el panorama.

El conjunto de esos factores conduce al sentimiento pesimista mayoritario en cuanto a la evolución de la economía global en 2025, una perspectiva desalentadora en un mundo ya cargado de tensiones y resentimientos.

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