Ford, sindicatos y Gobierno se acercan a una solución para no despedir a 1.000 trabajadores en Valencia

UGT señala que se ha pasado “un punto de inflexión” en las negociaciones con la automovilística. La compañía presentará el martes una propuesta de ERE para las otras 600 personas que estima de excedente

Un trabajador en la planta de Ford Almussafes (Valencia).Mònica Torres

Las negociaciones entre Ford y los sindicatos para encontrar una solución para los 1.000 trabajadores que se quedarán sin trabajo en Ford Almussafes (Valencia) hasta 2027 van por buen camino. Según ha informado UGT, el sindicato mayoritario en la planta valenciana, la reunión de este jueves con la dirección de la factoría ha supuesto “un punto de inflexión”. “Las soluciones al enorme problema del excedente de personal de 1.622 personas empiezan a vislumbrarse y nos encontramos más cerca de que sean una realidad”, se ha mostrado optimista UGT, justo un día después de que la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, dijese en un acto en Valencia que el Ejecutivo trabaja “intensamente” con todas las partes implicadas para poner en marcha las “herramientas de apoyo necesarias que garanticen el futuro inmediato y a largo plazo” de Ford Almussafes.

“La dirección de la empresa ha acudido a la mesa de negociación con otro talante, y con una disposición total de buscar todas las alternativas posibles para que la travesía de mantener 1.000 empleos durante tres años, hasta el lanzamiento del nuevo vehículo, motores y batería, sea un éxito”, ha añadido el sindicato. Según ha podido saber este periódico, el ministerio de Industria está especialmente implicado en buscar una solución que permita que esos 1.000 trabajadores no vayan a un expediente de regulación de empleo (ERE), como sí irán los 600 restantes, cifra que la compañía ha tildado de excedente estructural.

Para estos últimos, la empresa presentará en la reunión del próximo martes una propuesta concreta de salida. Sería el cuarto ERE desde mediados de 2020, cuando el grupo despidió a 350 personas, a las que luego se sumarían 600 en 2021 y 950 el año pasado. El motivo de este recorte de empleo es la reducción de carga de trabajo que sufre una planta, que ha perdido cuatro modelos desde 2022: el Mondeo, el S-Max, el Galaxy y la furgoneta Transit, la cual Almussafes dejó de hacer a mediados del pasado abril. Entre 2018 y 2023 la fábrica ha perdido un 42% de su producción, y se prevé que este año cierre con una de sus peores cifras en el presente siglo.

La factoría se quedará hasta mediados de 2027 únicamente con la producción del Ford Kuga, un SUV de éxito en Europa del que la compañía acaba de lanzar una nueva versión, pero que de por sí solo es incapaz de dar trabajo a una plantilla que hoy ronda las 4.700 personas. Si bien no se sabe cuál es la herramienta en concreto en la que trabaja el Gobierno central para atajar la crisis de Ford Almussafes, no sería el mecanismo RED, una herramienta incluida en la última reforma laboral y que depende del Consejo de Ministros, que permite activar una especie de expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) ante crisis sectoriales. Pero esto no es una crisis de sector, sino de una fábrica en concreto, de ahí la necesidad de buscar una herramienta al uso para esta situación.

Por su parte, el Gobierno de la Generalitat Valenciana había anunciado el miércoles, junto a los agentes sociales y económicos, la creación de una mesa de trabajo del sector de automoción para trabajar en medidas correctoras y de apoyo al motor. Para la región lo que pase con Ford es crucial, ya que lo que sucede en la planta afecta a todo el clúster de automoción que se ha creado en torno a la factoría, como los fabricantes de componentes y piezas que dependen de ella.

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